En un mundo en
el que no existía internet, redes sociales y en el que la mayoría de la gente
era analfabeta, la única manera de conocer las noticias que se producían era a
través de los comentarios de los vecinos y familiares. Pero si uno quería saber
más acerca del Imperio debía acudir a la verdadera red social de la ciudad, en
este caso a los llamados Mentideros de Corte. En Madrid había varios, por
ejemplo el más grande se encontraba a la entrada de la calle Mayor en las
gradas del convento de San Felipe, construido en 1546, en donde incluso también
se reclutaban soldados para los tercios de Flandes. En la calle León nos
encontrábamos con el de Representantes. Y en los patios del Alcázar (hoy
Palacio Real) se hallaba el mentidero de las losas del Palacio. En cualquiera
de ellos la buena gente de Madrid acudía a escuchar las noticias que unos y
otros decían, siendo las de los covachuelistas o funcionarios de palacio las
más apreciadas. En los mentideros se hablaba y discutía de cualquier cosa, ya
fuera acerca de la familia real, como de los asuntos bélicos que hubiera más allá
de nuestras fronteras. Aun así muchas veces, por no decir la mayoría, las
noticias se trufaban de embustes y fantasías pervirtiéndose el mensaje
original. Por eso aquellos lugares acabaron llamándose mentideros pues casi
todo lo que se decía eran fabulaciones y mentiras.
viernes, 30 de noviembre de 2018
miércoles, 28 de noviembre de 2018
EL ORIGEN DE LA PALABRA SPAM
Una de las cosas
más molestas que existen dentro del universo de internet es el famoso spam. Se produce, sobre todo, cuando
recibimos en nuestros correos electrónicos mensajes no deseados con fines publicitarios
o comerciales. La primera vez que se produjo el envío de estos mensajes fue
allá por 1978 cuando la empresa Digital Equipment Corporation reenvió de manera
masiva publicidad de sus productos a través de ARPANET, la antecesora de
Internet. Aun así este procedimiento no tenía todavía un nombre propio. Su
origen hay que buscarlo en dos fuentes que en un principio no tienen nada que
ver. Para la primera hay que remontarse a 1970 cuando el grupo humorístico Monty
Python realizó un gag en el que dos clientes entraban en una cafetería y se les
servía, pidiesen lo que pidiesen, carne de cerdo enlatado. Llama la atención
que en el gag llamaran spam de manera reiterada a esta carne, aunque esto tiene
una explicación. En 1937 la empresa estadounidense Hormel comenzó a vender
carne en lata llamada “Hormel’s Spiced Ham”, que con el tiempo y sobre todo en
la Segunda Guerra Mundial fue el sustento diario de muchos británicos y rusos
en épocas de hambruna. Por tanto el nombre de spam provendría de las siglas Spice Ham
(jamón sazonado), aunque existen otras personas que opinan que la susodicha
palabra son las siglas de shoulders
of pork and ham (paleta de cerdo y jamón). Aún así, sea una u otra llama la
atención como el humor y la guerra se han
fusionado en un práctica informática de lo más molesta.
Aquí les dejo la
url del famoso gag para que vean lo molesto que puede ser el spam:
lunes, 26 de noviembre de 2018
BREVE HISTORIA DEL ANTIGUO EGIPTO - Azael Varas
Egipto, su
historia, mito y existencia, puede parecer a los ojos del hombre del siglo XXI
un misterio envuelto en las tinieblas del pasado. Decía Heródoto que Egipto es
un don del Nilo, y que toda su vida se movía alrededor de ese fascinante rio.
Que vivían encerrados en una franja de limo fértil a espaldas de lo que había
más allá de la arena del desierto que los envolvía y protegía a la vez. Esta
idea ha originado cientos y cientos de suposiciones desde teorías mistéricas y
conspiranoicas, hasta la creencia acerca de que mantenían una correspondencia
fluida con otras civilizaciones de más allá del espacio exterior. Pero la
realidad es que Egipto es más que todo ese reverso tenebroso y es bueno que el
lector inquieto rasgue ese velo de ignorancia y se deje maravillar por los
grandes hitos, verdaderos, que atesoraba esta gran cultura. Para ello nos vamos
a detener en el libro Breve Historia del
Antiguo Egipto, escrito por Azael Varas (Nowtilus, 2018).
El enfoque que
nos propone el autor va más allá de una simple cronología de faraones e hitos históricos,
ya que pone el foco en la historia de su civilización en general y sus
maravillas. A modo de encuadre, y para ponernos en situación, en el primer
capítulo da importancia a la situación geográfica de Egipto para pasar a
continuación, en los siguientes, a la historia de este pueblo desde los
primeros nómadas que supieron aprovechar las ventajas del Nilo hasta la caída de
este mismo pueblo bajo la bota romana en el 31 a. C. Pero que no nos engañe ver
el índice y el enunciado de cada capítulo pues solo son el marco de los
aspectos religiosos, militares, artísticos, o de vida cotidiana, que ofrece esta
cultura. A través de esta premisa
podremos fascinarnos con la historia de sus pirámides, como fueron construidas
y los mitos que hay en torno a ellas. Igualmente veremos las grandes conquistas
y derrotas militares que sufrieron los faraones de las distintas dinastías; y
de igual manera como era el día a día del egipcio medio y los medios de
subsistencia que les ofrecía el estado y su propio ingenio.
La vida en el
antiguo Egipto estaba impregnada por la idea de religión y muerte. Y es por eso
que a lo largo de los capítulos de este trabajo Azael Varas da una gran
importancia a la preparación de los egipcios a este evento y como se concienciaban
para su viaje al más allá. Por tanto nos encontraremos con la historia de las
momias, la importancia de los templos y como los sacerdotes muchas veces
dominaron al país y al mismo faraón y como eran los rituales y lugares donde el
reino de la muerte era el dios principal. Breve
Historia del Antiguo Egipto es un repaso sintético de esta civilización,
desde sus inicios hasta su caída, en donde podremos conocer la vida y obra de
grandes dignatarios como Hatshepsut, Akenaton, Tutankhamon, Ramsés II, los
reyes Ptolemaicos… también su avanzada tecnología, sus pirámides y secretos más
ocultos, o el universo que encerraban sus míticos jeroglíficos. Una oportunidad
única para adentrarse en uno de los mundos más fascinantes que han existido a
lo largo de toda la Historia.
miércoles, 21 de noviembre de 2018
LA ESTATUILLA QUE VOLÓ AL LIMBO
En la ceremonia
de los Premios de la Academia celebrados en 1938 ocurrió un hecho de lo más insólito.
La actriz Alice Brady obtuvo el galardón a la mejor actriz de reparto por la
película In Old Chicago, dirigida por
Henry King, y en la que se narra de manera ficticia el Gran Incendio de Chicago
de 1871. Cuando se anunció el premio, Alice Brady no pudo subir a recogerlo
debido a que se había roto un tobillo. Aun así quien sí se subió al escenario
fue un hombre elegantemente vestido con un esmoquin que aseguraba que la actriz
le había dado permiso para recoger la estatuilla. Tan buen porte tenía y tan
seguro de sí mismo estaba que nadie puso reparos en darle el premio, pero unos
días después fue la misma Alice Brady la que aseguró que no había dado permiso
a nadie para ir en su nombre. Tras las pertinente pesquisas nunca se supo quien
era aquel ladrón de guante blanco y, claro está, tampoco se pudo recuperar el
galardón.
martes, 20 de noviembre de 2018
EL MOTÍN DE SANTA ESCOLÁSTICA
La Universidad
de Oxford es el centro de estudios superiores más antiguo del mundo anglosajón,
y por ello es motivo de orgullo para los propios ingleses. Pero hubo un tiempo
que esto no fue así pues durante la Edad Media los habitantes de la ciudad de
Oxford consideraban a la universidad un auténtico fastidio. Como este centro,
debido a su prestigio, atraía a muchos estudiantes los oxonienses estaban
hartos de soportarlos y de sufrir sus bravuconadas, de la misma manera que los
mismos estudiantes estaban enfadados con los oriundos de allí debido a que
estos les cobraban los alquileres de las habitaciones a precio de oro. Por
tanto la tensión entre ambas facciones iba creciendo y aunque pasado el tiempo
los estudiantes ya pudieron pedir alojamiento en el primer colegio
universitario, los ánimos estaban muy caldeados. Solo hacía falta una chispa
para encender el polvorín.
Y esta se
encendió el 10 de Febrero de 1355, festividad de Santa Escolástica, cuando unos
estudiantes se quejaron de las bebidas que ofrecía la Taberna de Swyndlestock y
de la suciedad que imperaba en el local. La discusión fue subiendo de nivel y derivó
en una pelea campal. En un abrir y cerrar de ojos estudiantes y ciudadanos de
Oxford estaban enzarzados en una cruenta batalla, a lo que ayudó también que
las campanas de la localidad, las de Saint Martin, y las de Saint Mary, pertenecientes
a la iglesia de la universidad, comenzaran a tocar pidiendo refuerzos para
ambos bandos. Esta multitudinaria pelea duró dos días y de resulta de ella
murieron unos 63 estudiantes y otras tantas personas acabaron gravemente
heridas.
El rey Eduardo
III, tras investigar lo ocurrido, halló culpable a los oxonienses y como
penitencia los alcaldes y concejales de Oxford estaban obligados a desfilar
hasta la iglesia de la universidad, inclinarse ante el vicerrector y pagar la increíble
suma de 63 peniques. O lo que es lo mismo a penique por cada estudiante muerto.
Esta tradición se realizó hasta 1875 en el que el alcalde se negó a pagar por
el Motín de Santa Escolástica.
sábado, 17 de noviembre de 2018
NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
Corría el año
1800 y en la ciudad de Venecia se iba a coronar a Barnaba Niccolò Maria Luigi
Chiaramonti como nuevo papa, con el nombre de Pío VII. Pero cuando los
cardenales fueron a buscar una tiara
papal para la ceremonia se dieron cuenta de que no disponían de ninguna. Esto
se debía a que dos años antes el antecesor del nuevo papa, Pío VI, había tenido que huir de Roma cuando las
tropas francesas habían invadido el Vaticano arramplando con todos los tesoros
que había en la Santa Sede, incluidas todas las tiaras que habían
encontrado. Por lo tanto Pío VII mandó
construir de manera provisional una nueva tiara, pero esta vez de papel maché
pintada de color oro y adornada con joyas que habían donado las buenas damas de
la ciudad. Llama la atención que aunque tiempo después se volvieran a realizar
tiaras de verdad, los siguientes papas prefirieran lucir la tiara falsa en las
sus coronaciones debido a lo liviana que era. Pero fue el papa Gregorio XVI
quien considerando esta costumbre como algo degradante mandó que las
coronaciones se realizaran de manera definitiva con una tiara auténtica aunque
fabricada con materiales más ligeros.