Por: José Antonio
El primer gobierno de Arias Navarro era un Cafarnaúm de ideologías. Por un lado había personalidades prominentes dentro del franquismo más ortodoxo, como los ministros militares o el ministro del Movimiento, Utrera Molina. Por otro lado se incorporaron personalidades comprometidas con la apertura, como Antonio Carro, Pío Cabanillas y Barrera de Irimo.
Pío Cabanillas fue ministro de Información y Turismo. Desde este cargo implementó una serie de medidas que abrieron un poco la libertad en las publicaciones, en la televisión y en el cine. Estas medidas exasperaron a los ortodoxos del Régimen. Los españoles comenzaron a leer y a ver lo que en casi 40 años no habían visto, además de permitir la entrada de prensa extranjera que daban una visión más global tanto de lo que ocurría en España como fuera de ella.
El búnker reaccionó violentamente. José Antonio Girón de Velasco, la principal personalidad de los ortodoxos del franquismo, publicó en el periódico del Movimiento Arriba, un artículo en que pretendía acabar con esa primera tentativa de apertura. Y lo consiguió. Hay que tener en cuenta que en ese año 1974 Girón era un político muy prestigioso, que tenía acceso directo al Generalísimo y a su entorno, además de la capacidad de pegada que hacía que sus declaraciones levantaran siempre ampollas o tendencias.
Otro de los personajes históricos que no estaba de acuerdo con esta política de apertura en la información fue Blas Piñar, quien desde su atalaya de Fuerza Nueva no hacía más que azuzar a las masas para acabar con lo que él entendía que era un atentado contra el espíritu del 18 de julio, contra la memoria de aquellos que cayeron por Dios y por España y contra la revolución nacional-sindicalista.
Este artículo hizo temblar los cimientos del gobierno y Arias cesó a Pío Cabanillas. Este cese provocó una serie de dimisiones dentro del Régimen. Incluso en RTVE (medio dirigido por Rosón, aperturista confeso), el día en que se hizo público el cese de Cabanillas, se emitió en varias ocasiones la canción del grupo Formula Quinta En la fiesta de Blas. Aquello era un alegato directo contra Blas Piñar y el Búnker. Recuerden el estribillo de dicha canción:
En la fiesta de Blas / en la fiesta de Blas / todo el mundo salía / con unas cuantas copas de más.
Un gran gesto por parte de Rosón y una medida valiente que daba a entender que los miembros del Búnker no estaban en sus cabales al frenar algo que era necesario para España.