Y es que cuando el destino está en contra de alguien no hay nada que hacer, por mucho que uno lo intente una y otra vez. Y sino que se lo digan al escritor británico William Sommerset Maugham que incapaz, por cuestiones legales, de sacar fuera de España el dinero correspondiente a sus derechos de autor, decidió pasar unas vacaciones de lujo en Madrid. Para ello eligió el hotel más caro que pudo encontrar, y se pasó todas las noches pidiendo las cenas más caras y extravagantes que pudiera haber.
Cuando calculó que ya se habia gastado más de lo que había ascendido la suma acaudalada, informó al director del hotel que al día siguiente iba a abandonar su estancia en el hotel y que por favor le prepararan la cuenta. Un rato después llamaron a la puerta de su habitación y al abrirla se encontró con el gerente que con una sonrisa de oreja a oreja le decía:
-Ha sido un honor tenerle aquí. Su estancia nos ha proporcionado una muy buena publicidad, así que no hay cuenta que pagar.