Dice la leyenda que Favila, segundo monarca del Reino de Asturias, y sucesor de Don Pelayo, su padre, fue muerto por un oso. ¿Cómo pudo ser así? Parece ser que el joven rey no estaba hecho del mismo material que su padre y había descuidado en gran parte los intereses del joven reino. En vez de estar pendiente de las razzias musulmanas y de las asechanzas del norte, le gustaba más estar pendiente de sus cacerías y las correrías que hacía con sus amigos en los bosques asturianos.
Algunos opinan que la muerte de Favila (o Fafila) pudo ser también producido por asuntos políticos, muy en boga con la anterior época visigoda, pero otros creen que no es tan descabellado que un oso acabara con el rey ya que en aquellos tiempos las montañas asturianas estaban cuajadas de osos hambrientos produciéndose muchas cacerías para obtener tan ansiado premio. Favila pudo incluso haber seguido un antiguo rito de masculinidad que había por aquellas tierras en el que había que cazar un oso para pasar de la juventud a la adultez. Es decir, un rito de paso. Siendo una u otra manera, lo interesante es que el rey se internó en el bosque y nunca más volvieron a verlo con vida.
Esto produjo que al no tener descendencia la corona recayera en la figura de Alfonso I el Católico que estaba casado con Ermesinda o Hermenesinda hija de Don Pelayo y la reina Gaudiosa. De esta manera tan radical, y por un oso, se dio un vuelco tan radical a la historia de la Reconquista.