Este Cristo ... es histórico, no místico; es un individuo , no una mera imagen. Él permanece como el más elevado modelo de religión que pueda alcanzar nuestro pensamiento y ninguna devoción verdadera será posible sin su presencia en el corazón.
(David Strass)
Que una novela haya vendido 80 millones de ejemplares, a día de hoy, y que haya sido traducida a 44 idiomas no es algo normal en un libro. Pocos pueden llegar a esa cifra y pasar desapercibidos, pero El Código Da Vinci de Dan Brown no solo ha superado ese monto de ventas sino que se ha convertido para bien o para mal en una de las obras más comentadas, criticadas y ensalzadas que han existido en la historia de la literatura. Puede gustar más o menos, se la pueden sacar, que los tiene, cientos de errores históricos, geográficos y literarios pero, amigos míos, el libro está ahí para quien quiera abrir sus paginas y desee dejarse llevar por un sencillo thriller histórico conspiranoico que aunque después no le satisfaga si les hará hablar de él. Como diría Oscar Wilde, que hablen mal de mí pero que hablen. Dan Brown, después del poco éxito que tuvo con su anterior novela Ángeles y Demonios, publicó en 2003 de la mano de Random House Mondadori una novelita de intrigas que desde el primer momento comenzó a formar un movimiento de masas que no hacían más que devorar el libro y hablar ansiosamente de él a toda persona que deseara una buena historia en la que se juntara erudición y una pizca de morbosa conspiración mundial y en la que la clave del asunto fueran las venturas y desventuras de la Iglesia Católica y su epítome máximo: Jesucristo. Quien lo buscara quedó satisfecho pues Dan Brown nos narra en su páginas una terrible conspiración milenaria perpetrada actualmente por una de las sectas más duras del catolicismo, el Opus Dei, para evitar que el mundo conozca la verdadera historia que hay detrás de Jesús y que haría tambalear los fuertes cimientos no solo del Vaticano sino de toda la Iglesia en general: la supuesta relación carnal que tuvo el Hijo de Dios con su querida discípula, María de Magdalena, y que a través de sus descendientes fundó la saga de los Merovingios mediante una línea sagrada de progenitura denominada Sangre Real (Sang Real – Santo Grial). Mentiras milenarias, ambiciones, caballeros templarios que hacen de guardianes de María de Magdala y sus descendientes, el eterno femenino como pilar verdadero de la iglesia, o fieles guardianes del secreto como lo fueron Da Vinci, Galileo Galilei o Isaac Newton amparados en una extraña orden secreta llamada El Priorato de Sión, hacen un cóctel de lo más atractivo para cualquier lector, y si encima lo juntamos con un estilo de escritura sencillo y bien pensado para guión de cine, hacen que se convirtiera en un éxito de ventas históricos sin precedentes que quien más o quien menos ha tenido en sus manos.
Pero no todo fueron rosas y ambrosía para el autor y sus seguidores, pues en cuanto paso el primer envite de ventas, rápidamente salieron junto al libro un montón de artículos y obras que nos hablan de los errores palmarios que tuvo Dan Brown al escribir la novela, y lo que es más duro, acusándole de plagio y falta de ingenio al narrar las aventuras del protagonista Robert Langdon para desenmascarar las pérfidas ambiciones del Opus Dei. Parece ser que antes de la publicación del Código Da Vinci varios autores como Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln habían publicado un libro titulado Holy Blood, Holy Grail (Santa Sangre, Santo Grial), publicado aquí en España como El enigma sagrado, y en el que de una manera más erudita y original se nos narra toda la posible historia paralela de Jesús y el terrible secreto que hay detrás de la Iglesia Católica. Aunque parezca increíble esta acusación no hizo disminuir el tirón de ventas sino que al revés, se multiplicaron, haciendo que esta obra no fuera ya un libro en sí sino un icono del tema. Y es por ello que es normal que surgieran libro que nos acercaran al tema de la Sangre Real del Ungido y nos desentrañara los misterios que se ocultan tras las páginas del Código Da Vinci.
Y es que encontrar un libro equidistante y que sirva de unión y tierra de nadie entre los críticos que despliegan furibundos ataques hacia la novela, y los que alaban las maravillas de esta historia desconocida entre el gran público es bastante difícil. No es sencillo unir estas dos tendencias por lo que obras como la que acabo de leer, Las claves del Código Da Vinci de Lorenzo Fernández Bueno y Mariano Fernández Urresti son esenciales para comprender con ecuanimidad este fenómeno de masas y saber que hay de verdad y mentira detrás del libro de Dan Brown. El título del libro puede engañar bastante ya que cualquier persona que acceda a él puede pensar que se encuentra tras una obra de corte sensacionalista y sin base. Pero nada más alejado de la verdad pues este no es un libro que levante ampollas ni busque imágenes y noticias de falsa erudición sino que ahonda en el valor principal de la obra de de Dan Brown, que es ni más ni menos profundizar y aumentar sobre el conocimiento que existe detrás de Jesucristo más allá de los evangelios canónicos, dando luz a lo que es verdaderamente histórico junto con una erudición impresionante y muy rigurosa y echando tierra a cualquier falsedad que el autor americano haya querido manchar la historia verdadera del Salvador.
Para leer este libro nos hemos de alejar de clichés preconcebidos que la iglesia nos haya enseñado desde niños y abrir una ventana hacia aspectos más desconocidos y ocultos que existen tras las metáforas de los cuatro evangelistas e ideas contrapuestas y chocantes que se hallan en ellos (¿12 o 72 apóstoles? ¿Mesiánico o liberador?...). Ambos autores despliegan ante nosotros los claroscuros de la vida de Jesús de manera sencilla y didáctica parándose en aquellos momentos que no han sido bien aclarados por la iglesia, y alejándose de puntillas de aquellos otros que son solamente superchería para engatusar a los lectores del Código Da Vinci. Fernández Bueno y Fernández Urresti dan al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios pues no tienen miedo en explicar que algunos datos que nos ofrece el autor de la novela han sido necesarios para que el gran público conozca una historia un tanto desconocida y que solo podían hallar unos pocos eruditos en textos gnósticos o evangelios apócrifos; e igualmente en desmentir toda patraña que halla sobre las ordenes de caballería, como por ejemplo los templarios, órdenes secretas como el Priorato de Sión y otras del mismo estilo, o la propia Iglesia.
Les aseguro que después de leer Las Claves del Código Da Vinci, verán con otros ojos no solo la novela de Dan Brown o la película de Ron Howard sino también las lecturas que hagan de los evangelios, queriendo ampliarlo con la lectura de los “otros” desechados en distintos concilios ecuménicos. Siempre es apasionante saber que hay más allá de la vida de un personaje histórico, y más si es el personaje histórico más importante de la historia. Conocer que hay de verdadero detrás de aquel joven carpintero de Nazaret es un reto difícil de conseguir, y que solamente unos pocos han conseguido, entre ellos nuestros dos autores que con su rigurosidad histórica y su buen temple en la escritura han sabido llevarnos a una historia preciosa que solamente los milenios que le restan a la humanidad podrán resolver.