El pueblo, a veces se alza furioso contra todos los engaños, todas la vejaciones, todos los tormentos y opresiones de que es víctima, y se lanza como una manada de toros enfurecidos sin ver ya lo que pilla por delante y destrozando cuanto halla al paso. Pero estos son muy raros y breves episodios. De ordinario el pueblo es bueno y humano. (Mijail Bakunin)
La primera vez que oí hablar sobre el anarquismo y los anarquistas fue hace bastante tiempo, en mi época escolar, cuando nos mandaron (o mejor dicho, obligaron) leer La Ciudad de los Prodigios, de Eduardo Mendoza. A través de la Barcelona de principios de siglo XX fui adentrándome en la figura de un joven anarquista, arribista por naturaleza, que, hasta que consigue sus fines de ascenso social, se mueve entre pistoleros de la patronal y sicarios sindicalistas de gatillo fácil. Aquella lectura me enseñó que a pesar de ser una obra maestra de la literatura española, la Ciudad de los Prodigios, después de enfrascarme en ensayos más claros sobre el movimiento anarquista, ofrece una visión un tanto deformada de la realidad de aquel movimiento que fue mucho más allá de las balas y el terrorismo que siempre se le ha imputado.
Una de aquellas lecturas que más me han abierto los ojos sobre este tema ha sido una obra reciente del profesor de Historia, Javier Paniagua titulada Breve Historia del Anarquismo publicada recientemente por la Editorial Nowtilus. Por sus 310 hojas, el autor nos ofrece una visión global del anarquismo desde su creación, tímida y teórica a finales del siglo XVIII, pasando por su definición y establecimiento total de su credo en el XIX en donde ya aparecen sus figuras principales como por ejemplo Charles Fourier con su utópico falansterio; Joseph Proudhon, verdadero padre ideológico del movimiento anarquista; el revolucionario Bakunin que en algunos aspectos endureció aquellas bases teóricas a ritmo de lucha directa contra el estado; o el creador del comunismo libertario, el ruso Kropotkin. Todos y cada uno de ellos, hasta el mismísimo siglo XX, lucharon por desear una sociedad en que el Estado centralizado y opresor de las libertades individuales no fuera obstáculo por crear una sociedad libre, en la que todo el mundo se organizara de manera colectiva y donde primara el esfuerzo altruista para que el ser humano no se viera importunado por ordenes tiránica de producción, y no como se ha pensado erróneamente sobre el anarquismo en donde cada uno hiciera lo que le diera la gana y atropellara al vecino cual bandolero furioso. Javier Paniagua, llama a cada cosa por su nombre sin ningún tapujo y valora cada momento de este movimiento sindical tanto en lo bueno como en lo malo. Valora positivamente sus ideas teóricas para mejorar el mundo y en cambio censura el mayor mal que ha abocado a este movimiento al odio por parte de otros movimientos como el marxismo y el comunismo: el terrorismo para conseguir “volar” por los aires al estado opresor.
A mi modo de ver podríamos dividir este trabajo de Javier Paniagua, Breve Historia del Anarquismo, en dos partes. En primer lugar nos pone en antecedentes de las ideas básicas del anarquismo y de sus principales ideólogos internacionales, para después pasar más detalladamente a la entrada con Giuseppe Fanelli en la Península Ibérica y sus primeros núcleos internacionalistas, pasando por su difusión y desarrollo de este movimiento en España desde el siglo XIX y más concretamente en el XX con puntos álgidos como por ejemplo la Semana Trágica de Barcelona o la creación de sociedades anarcosindicalista de base solidaria y colectiva como la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores, 1910) o la FAI (Federación Anarquista Ibérica, 1927), para explotar (en sentido literal) antes, durante y posteriormente de la guerra civil en las que se puso en practica, favorecidos por los sucesos bélicos, las ideas anarquistas como por ejemplo las colectivizaciones de campos y sociedades civiles. A pesar de su “fracaso” y su posterior exilio tras la derrota republicana en 1939, Javier Paniagua no da por muerto el movimiento anarcosindicalista y no lo entierra prematuramente sino que nos habla de su posterior evolución en el siglo XXI en relación a sus nuevas variantes (actualmente más en boga debido a la crisis mundial que nos azota) como por ejemplo en Neoanarcoindividualismo o Anarcocapitalismo e incluso el ecologismo, demostrando que este movimiento, aunque muchas veces haya confundido sus principios o los mezcle sin conocimientos previos, sigue vivo a la espera de un relanzamiento final.
Así que para que no confunda la parte por el todo, y no tengan una idea equivocada o distorsionada del anarquismo, centrándose solamente en terrorismo y sangrientos atentados, les recomiendo que se asomen a este libro, Breve Historia del Anarquismo, escrito de manera didáctica, directa y muy literaria y comprendan la historia de este movimiento libertario a lo largo de la historia, historia que a veces pueda parecer un fracaso debido a la ignorancia y egoísmo sumo del ser humano, pero ¡quien sabe! tal vez algún día pueda convertir sus utópicos ideales en realidad para conseguir un mundo mejor.