El inventor de
los puzzles fue el cartógrafo inglés John Spilsbury quien en 1762 pensó en
enseñar geografía a sus alumnos de una manera muy especial. Para ello colocó un
mapa sobre una tabla y con mucho cuidado y una sierra de marquetería fina cortó
los bordes de las fronteras para que luego tuvieran que juntarlas en clase. Así
pues el primer puzzle nació con fines didácticos.
A finales del
siglo XIX estos rompecabezas empezaron a ser famosos en la alta sociedad, pues
eran los únicos que podían costearlos. Estaban hechos de madera y
confeccionados a mano, utilizando el sistema push-fit (empujar y pegar). Pero a principios del siglo XX cuando
las piezas pasaron a ser de cartón estos rompecabezas artísticos se hicieron
más baratos y asequibles para todo el mundo.