¡Caballeros fue un honor tocar con ustedes esta noche!
Grandes
tragedias existen en esta vida pero cuando un barco se hunde en el fondo
abismal del océano nos embarga un sentimiento igual de hondo, como si una parte
de nosotros se perdiera entre las olas de un mar embravecido. Les pongo un
ejemplo: el hundimiento del Titanic allá por Abril de 1912. No era el barco más
grande de su época, pero en él se añadió algo de la fuerza del ser humano. Se
le llamó el Insumergible, aquel que
ni siquiera Dios podría echar a pique. Aun así esta torre de orgullo acabó
naufragando una terrible madrugada de ese mismo año al impactar contra un
iceberg. Aquello causó tanta impresión a la sociedad que rápidamente
aparecieron viejas historias y profecías que aumentaron más si cabe la fama
inmortal de este buque. Se sabe que en la desgracia murieron un total de 1517
de los 2224 pasajeros que componían el pasaje. En total 707 se salvaron, y es
ahí donde comienza la profecía, con unos simples números. Obsérvese que en la
cifra de salvados aparecen dos 7, que si se suman forman 14. Y llama la
atención que 14 años antes, en 1898 un escritor llamado Morgan Robertson
escribiera una obra titulada Futilidad,
que narraba como un superbarco llamado Titán
también se hundía en un mes de Abril. Interesante coincidencia ¿verdad?
Pues bien, esta
es una de las múltiples curiosidades que envolvieron la tragedia del Titanic. Y
lo mismo pasó con todos los grandes buques que se hundieron desde entonces
hasta el reciente suceso del Costa
Concordia. Sobre la historia de cada uno de ellos y cuáles fueron los
hechos que produjeron su caída da testimonio el último libro de Víctor San Juan
llamado El Titanic y otros grandes
naufragios, editado por Nowtilus. El autor, como ya he indicado antes, hace
un recorrido por todos ellos desvelándonos hechos increíbles sobre éstas pérdidas en alta mar. No solo nos
habla de transatlánticos o buques mercantes como el Titanic, el Príncipe de
Austurias, o el Lusitania, sino
que también nos narra el destino de buques de guerra míticos como el crucero Baleares, el General Belgrano, el submarino lanzamisiles Kursk, o el otro crucero Hood.
Buques armados de cañones, otros con soberbios salones de baile, o modernas
instalaciones en ferris como el Estonia,
Doña Paz, o el chapucero Costa Concordia, entre otros, entran
dentro de esta soberbia obra.
Con prosa
atractiva Víctor San Juan nos desvela
episodios desconocidos en la mayoría de los lectores que desconocemos gran
parte de la historia náutica. Nos enseña que el naufragio de estos barcos causa
tanto estupor debido a que en cada metro de acero y cristal que se destruyó
debido a actos bélicos, imprudencias o fallos técnicos una parte de los logros
de la humanidad se perdieron. Como el sueño que se acaba. En la lectura de cada
episodio el autor nos muestra el contexto histórico en el que se produce el
hundimiento de estos gigantes, a la vez que narra de manera apasionante
episodios increíbles, gestas y hechos horripilantes difíciles de olvidar. El
aparato documental que ha utilizado es impresionante enseñándonos cada
naufragio desde todos los puntos de vista
posibles además de hacerlo con prosa viva y didáctica, apropiada para
los legos en el tema marino. Así pues les invito a abrir esta obra y dejarse
maravillar por las tragedias náuticas más impactantes del siglo XX. Pero eso
sí, no olviden llevar un salvavidas a mano por si alguna ola traicionera echa a
pique su largo viajar por los traicioneros mares de la literatura de aventuras.