Durante la Guerra de Sucesión
(1861-1865) el entonces presidente de los Estados Unidos de América, Abraham
Lincoln fue detenido por una patrulla nocturna de su propio ejército mientras
estaba supervisando el frente de batalla. El motivo, olvidarse del santo y seña
establecido. Lincoln les preguntó a los guardias si no sabían quién era, y uno
de ellos le respondió: “La verdad es que su cara me recuerda a un sello de
correos usado”.