viernes, 6 de enero de 2017

BREVE HISTORIA DEL ÁFRICA SUBSAHARIANA - Eric García Moral



Cuando era pequeño me encantaban las películas de Tarzán, sobre todo las de Johnny Weissmuller. En aquellos años mozos en los que solo había dos canales me sentaba delante del televisor y observaba con ojos curiosos a los intrépidos aventureros que sufrían mil y una odiseas para llegar a un punto en concreto del continente africano, ya fuera una ciudad perdida en la selva o una mítica montaña cuajada oro y gloria. Todo era emocionante, pero una de las cosas que más me llamaban la atención era observar que detrás de aquellos exploradores europeos siempre iba detrás una reata de porteadores negros transportando cajas y bultos sobre sus cabezas. Y que la mayoría de las veces o eran devorados por los leones y cocodrilos, o sea caían por un barranco a ritmo de un grito desgarrador. Ahora que soy algo más mayor me doy cuenta que para aquellos aventureros sus porteadores eran mera mercancía o ganado con el que poder llegar a culminar su aventura.  En resumidas cuentas aquel cine en blanco, negro y sepia, era excitante a ojos de un niño, pero a día de hoy uno aprende que aquellos filmes daban una visión simplista y adulterada de, en este caso, de la inmensidad africana.
Para quien no se dé cuenta del grave error histórico, y del gran daño que se ha hecho a aquel continente, ha de pensar en lo siguiente. África es uno de los continentes más grandes de la tierra, tanto que en su extensión podrían caber perfectamente Estados Unidos, China, India, Japón y todo el continente europeo a la vez. Por tanto ¿cómo es posible que siendo tan enorme casi no tengamos constancia historia de su devenir a través de los siglos? Esencialmente por nuestra visión centro europeísta de la historia y de nosotros mismos. Como mucho llegamos a acercarnos a la historia del Norte de África gracias a los textos de los viajeros griegos y romanos que pulularon por aquella zona. Y si a este visión europea tan corta de miras, añadimos que la historia se refleja en los textos escritos, África, sobre todo la parte subsahariana sale perdiendo por su concepción oral de transmisión de datos. Los demás países y culturas asentadas sobre conocimientos escritos no llegamos a comprender que la oralidad y el paso de sabiduría de una persona a otra, a pesar de su volatibilidad, es igualmente un tesoro que nos acerca a conocer el pasado de una región o pueblo. Es por ello que la parte central y sur del continente africano nos parezca un lugar sin historia, lleno de pobreza y guerras entre tribus irreconciliables. Pero esa visión, como ya he dicho, es falsa y es hora que se corrija. Para ello nos viene de maravilla el libro Breve Historia del África Subsahariana, escrito por Eric García Moral, y editado por Nowtilus, que rellena de manera perfecta ese agujero en la Historia.


Lo que más conocemos, vuelvo a repetir, es el devenir del norte de África gracias a que culturas como los Egipcios (Kemet), griegos y romanos asentaron sus reales en aquellos lugares. Pero no hemos de olvidar que un poco más abajo, nos encontramos nada más ni nada menos con uno de los hechos más importantes de nuestro planeta: el nacimiento de la humanidad. En zonas como Olduvai o el Rift Valley se han encontrado los restos más antiguos de nuestros antepasados que pasado los años fueron asentándose en los lugares más remotos del planeta. Nuestro autor se centra sobre todo en el África Subsahariana y lo hace de manera cronológica. Primero nos traslada a la parte sur de Egipto y nos habla de lo que podríamos llamar el patio trasero del fascinante Egipto, es decir la zona de Kush y las impresionantes pirámides de Meroe. Después recorremos los llamados siglos oscuros de (I d.C – VIII d. C) en los que destaca el reino de Axum, cuajado de riquezas, en el que la costa oriental de África fue el foco de referencia cultural y comercial de ese momento.
Tras  aquellos años un tanto confusos y oscuros (al igual que ocurrió en Europa) entre el Oeste y el centro de África, siempre corriendo hacia el Este, nos encontramos en la Edad Media con lo que los árabes llamaron el Bilad al Sudan, o Sudan Occidental (para diferenciarlo del otro Sudan) Es la gran época  de los imperios, siglos IX – XVI, en el que destacan las fastuosos cargamentos de oro y materiales preciosos provenientes de Ghana, Mali o Songhay, y que tenían como destino, por ejemplo la España musulmana. Aquellos reyes o emperadores se convirtieron en míticos, y no solo inundaron Europa de oro, sino que también promovieron la cultura y la religión en sus territorios. Un ejemplo de ello es la Gran Mezquita de Djene o el deslumbrante esplendor del Gran Zimbabue. Igualmente, por entonces, Eric García Moral nos remite a otro tipo de persona a caballo entre el mito y la historia conocido como el Preste Juan, que según algunos cronistas habría de ayuda desde su reino en Etiopia a las fuerzas cristianas contra el estandarte de la media luna.
Con el correr de los siglos nos adentramos en la Edad Moderna y desgraciadamente en el África Subsahariana se concentra uno de las mayores lacras de la Historia: la esclavitud. Con la llegada de los europeos a sus costas reyes, o mejor dicho reyezuelos, que habitan en zonas como el Congo, Angola, Ashanti, Dahomey o Segu, se enriquecen vendiendo a sus propios congéneres por dinero y armas. Los cazan en las espesuras de las selvas y tras pasar un tiempo en terribles prisiones cercanas a la costa son transportados o bien a Europa América, muriendo la mayoría de ellos en viajes transatlánticos hacinados como ganado.  Pero la historia sigue y son otros europeos los que llegan al Sur de África. Los holandeses se instalan en el sur y muy pronto llegan a las manos con los ingleses por defender sus territorios. Mientras tanto, con el paso del tiempo, la, llamémosla civilización occidental, comienza a entender que la esclavitud es amoral y muchos países comienzan a considerarla ilegal. Es por ello que se produce un movimiento a la inversa y muchos esclavos principian a retornar a sus lugares ancestrales. Experimentos como el de Sierra Leona y su capital Freetown, o el de Liberia con su capital Monrovia, fundada en 1822 en honor al presidente americano James Monroe, facilitan, aunque de manera utópica, un lugar de convivencia donde puedan regresar los antiguos esclavos.
Pero aquellos parches de tolerancia no duran mucho pues de nuevo la rapiña Europea y mundial vuelve de nuevo a centrar sus ojos en el continente africano. Todos quieren un trozo del pastel y desean y anhelan las mil y una riquezas que tiene. Como si una especie de manifiesto milenario les empujara a gobernar a aquellos “pobres negritos” incivilizados. Pero aquel trozo de la tarta produce fricciones entre los poderosos imperios y es por ello que para coordinar su rapiña se reúnen en la llamada Conferencia de Berlín (1884) y se ponen de acuerdo, como si fueran dueños de lo que no tienen, en que trozo se han de quedar. Los países africanos ante la superioridad militar y armamentística de los invasores, observan atónicos como son despojados de todos sus materias primas, dejándolos en la miseria. Tanta que hoy en día siguen intentando levantar cabeza. Y pesar de la resistencia de algunos líderes, como por ejemplo el todopoderoso líder zulú Chaka, que por un tiempo mantuvo en jaque a los ingleses, África pasó a depender de los designios de otros imperios hasta su descolonización. Los habitantes de las colonias fueron involucrados por tanto en guerras como la Primera Guerra Mundial y la Segunda, llegando a sus propias tierras el horror de unos conflictos originados a cientos de miles de kilómetros de allí.
Finalmente asistimos al periodo de la Descolonización en el último tercio del siglo XX y a la reafirmación de los africanos en el mundo actual. Como se podrá ver la historia del África Subsahariana es un periplo de lo más interesante, lleno de aventuras, reinos inolvidables y mitos, que harán que mucha gente versada en la Historia Universal pueda rellenar ese hueco existente y contemplar con nuevos ojos cómo el devenir del continente africano es ante todo una historia que merece ser contada.