Llama la
atención que el gran arquitecto catalán, Antonio Gaudí (1852 – 1926), creador
de grandes obras como La Sagrada Familia, la Casa Milá, el Palacio Güell, o la
Casa Batlló entre otras obras, muriera de una manera tan triste. Gaudí era una
persona muy devota y era normal verle todos los días por la mañana acudir a la
iglesia barcelonesa de San Felipe Neri a escuchar misa y confesar sus pecados.
Pues bien el 07 de Junio de 1926, cuando atravesaba la Gran Vía de Les Corts Catalanes
para dirigirse a esta iglesia fue
atropellado violentamente por un tranvía. Tan fuerte debió ser el impacto que
el arquitecto gerundense quedó inconsciente y todo lleno de heridas profundas. Rápidamente
mucha gente acudió donde estaba el herido y como iba desaliñado, vestido con
ropa vieja, y desgastada nadie le reconoció. Un policía que estaba por la zona
llamó a un taxi y dio la orden de llevar el cuerpo al Hospital de la Santa
Creu, que en aquel entonces era un hospital de la beneficencia que atendía a
los pobres y necesitados que no tenían recursos. Al día siguiente un capellán
de la Sagrada Familia, el mosén Gil Parés, que estaba atendiendo de forma
desinteresada a los pobres de aquel lugar lo reconoció, pero poco pudo hacer
por él y el día 10 de Junio murió víctima de fuertes heridas.