Cualquier
persona, aunque no sepa mucho de deporte o no le interese en demasía, sabrá que
los aficionados de un club deportivo suelen celebrar los triunfos deportivos en
un lugar fijo, convirtiéndose desde ese momento en un territorio propio y muy
especial. Por ejemplo, el Real Madrid lo celebra en la castiza fuente de la
Cibeles; el Atlético de Madrid lo hace muy cerquita de allí, en la de Neptuno;
y en cambio los seguidores del Barcelona lo hacen en una fuente pequeñita
llamada Canaletas ubicada en las Ramblas. Si nos centramos en esta última ¿cómo
es posible que un gran equipo, uno de los mayores de Europa y del Mundo,
celebren en tan peculiar sitio sus triunfos? Pues permítanme que se lo
explique. Según parece alrededor de los años 30 los aficionados culés, antes de que existiera internet o
la televisión, para informarse de los resultados de la jornada de Liga y saber
si su equipo había ganado o no, acudían a un periódico deportivo que estaba al lado de
dicha fuente, La Rambla, y veían en una pizarra si su equipo había ganado. Y si era
así lo celebraban allí mismo. A partir de entonces aquello se convirtió en una
tradición a la que no falta ningún aficionado barcelonista para festejar las
victorias de su equipo.