Un linchamiento
es un acto que se realiza fuera de la ley en el que una persona tras ser
arrestada, es ejecutada, normalmente rodeada de una muchedumbre enfebrecida,
sin un juicio previo. Los linchamientos se llevan a cabo por diferentes motivos
pero los más comunes suelen ser por cuestiones racistas, religiosas o
políticas. El origen de esta palabra hemos de buscarla en la llamada Ley de Lynch, creada por el hacendado y
revolucionario Charles Lynch (1736 – 1796) quien durante el proceso de
independencia que vivió Estados Unidos al separarse del Reino Unido mandó
ejecutar a una partida de lealistas sin juicio alguno. Según parece los
primeros ahorcamientos se realizaban de la siguiente manera: tras capturar al
reo, se le hacía montar a caballo y se le llevaba debajo de la rama de un
árbol. Le ataban las manos a la espalda y le pasaban la soga por el cuello,
pero en vez de incitar al caballo para que saliera a la carrera lo dejaban en
aquella posición. Después de un rato el animal, acuciado por el hambre y la
sed, comenzaba a alejarse poco a poco dejando que el reo fuera cayendo hasta
que se ahorcaba. De esta manera los que habían perpetrado el linchamiento
sentían que sus conciencias quedaban tranquilas al pensar que ellos no habían
ejecutado al acusado sino que había sido el propio caballo el que había
realizado toda la operación.