“Tiene que haber
algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para hacer que una mujer
permanezca en una casa que arde. Ahí tiene que haber algo. Uno no se sacrifica
por nada”.
(Fahrenheit 451, Ray Bradbury)
Marcus Brody, el
amigo intimo de la familia Jones en la película Indiana Jones y la última cruzada, tras utilizar una estilográfica
contra un nazi, exclama sonriente a todo el que quiera oírle: “La pluma es más
poderosa que la espada”. Y esta en lo cierto, a lo largo de la historia la
lengua, plasmada en cientos de miles de obras literarias, ha influido más que
las armas y que las imposiciones dictatoriales. He aquí su poder, no solo para llevarnos a mundos y universos infinitos de sabiduría
y placer sino también para insuflar un alma pura en las conciencias de todo
aquel que decida abrir las tapas de un libro. Este es el miedo que sentían los
bomberos de Fahrenheit 451 cuando
decían aquello de que: "Un libro en
manos de un vecino es como un arma cargada”. Pero en verdad, a los libros y a
las obras literarias no hay que temerlas, al revés, hay que reverenciarlas,
adorar esos monumentos del saber humano y a la vez enriquecernos con ellas
comprendiendo cómo han evolucionado hasta el día de hoy desde la antigüedad hasta
nuestros días. Para ello les recomiendo el ejemplar que tengo ahora entre mis
manos titulado Literatura Universal en
100 preguntas, escrito por Felipe Díaz Pardo (Nowtilus, 2019).
Dar a conocer
toda esta historia es un trabajo ingente e imposible de resumir en un solo
libro. Para ello se necesitarían cientos de volúmenes solamente para que viéramos
un mínimo resplandor de la maravilla que es la letra escrita. Es por ello que
el autor ha decidido ofrecernos un primer vistazo mediante preguntas claves y
curiosas englobadas en distintas secciones como son los géneros literarios, los
estilos literarios, cómo inflamaron las conciencias de la sociedad en que
fueron escritas o por ejemplo los distintos tipos de historias y argumentos que
circulan entre las obras universales. El objetivo de nuestro autor es dar a
conocernos la literatura y como ésta se ha plasmado a través de los distintos
puntos del planeta y en las distintas etapas de la historia. Esto lleva
directamente al lector a asombrarse y a sentirse atraído por este tesoro que
son las letras universales. Y es que en cierto modo Literatura universal en 100 preguntas está orientado, según mi modo
de ver tras una primera lectura (alguna que otra caerán posteriormente) hacia,
o bien estudiantes jóvenes que se quieran aventurar por los caminos de las letras
y disfrutar con la intención de no ahogarse en un mar de tediosos volúmenes, o
bien hacia lectores que ya estén avezados en este campo y que deseen redescubrir
grandes clásicos de manera novedosa.
Es decir que el
punto en este libro es enganchar o reenganchar de nuevo al fascinante mundo de
la literatura universal. Gracias a la amenidad y tono divulgativo de este
volumen el autor consigue que disfrutemos con algo que los iletrados tildan de
tedioso. Además, gracias a las 100 preguntas que nos propone Felipe Díaz Pardo,
la persona que abra estas páginas va a tener la imperiosa necesidad de
investigar algunos de los asuntos claves que aparecen, con lo que podrá
completar la curiosidad que le ha abierto alguna pregunta en concreto. He de
reconocer que esta lectura ha sido de lo más provechosa pues no solo ha
despejado ciertas dudas que tenía con tal o cual movimiento literario, o algún
autor en concreto sino que me ha hecho pasar un buen rato con un gran número de
curiosidades en las que no había caído. Esta obra es un gran canto a la
historia universal desde sus orígenes hasta la actualidad, además de hacer un
enorme homenaje al mundo femenino y a las obras que han creado, desde Safo
hasta el mismo momento de hoy. Literatura
universal en 100 preguntas es uno de esos volúmenes que se convierten en libros de cabecera, de
referencia obligatoria me atrevería a decir, que hará las delicias de aquellos
que están (estamos) enamorados de las efímeras letras que navegan en el
proceloso mar de Literatura con mayúsculas. Una buena obra con la que se
disfruta y aprende a partes iguales. Se lo aseguro.