Una de las
mejores fusiones en el mundo del Séptimo Arte es el del cine y fútbol. Muchas de este tipo de películas nos han hecho
vibrar, como por ejemplo Evasión o
Victoria (John Huston, 1981), que es de mis preferidas, en la que un grupo
de prisioneros aliados juegan un partido contra la selección de fútbol de
Alemania integrada por lo más granado de aquel país. No les cuento más
porque si no la han visto les puedo chafar el final. Pues bien, también hay que
decir que aquí en España pasó algo parecido (salvando las distancias) antes de
comenzar la Segunda Guerra Mundial. Sucedió en Cádiz en 1939 y vale la pena que
conozcan esta historia para saber lo que sucedió entonces.
En Abril de
aquel año, en medio de la entente cordiale que existía entre la España Nacional
y la Alemania nazi, atracó en el puerto de Cádiz una escuadra de barcos y
submarinos teutones, y, claro está, el impacto social y el revuelo que se
produjo en la Tacita de Plata fueron muy grandes. La marina alemana fue alojada
en el Hotel Atlántico, en donde se celebró una fiesta para después agasajarles
con una serie de homenajes; visitas culturales; una excursión a la Feria de
Jerez; la asistencia a una corrida de toros; y como colofón final se fijó un partido
de fútbol el día 30 entre la selección alemana, compuesta por los marineros de
la escuadra, y el Cádiz C.F. Pero lo que en un principio parecía ser una
especie de encuentro amistoso pronto
pasó a ser uno de los enfrentamientos más importantes que había disputado el
equipo gaditano.
El día señalado
para el partido el campo estaba a rebosar y estaba presidido por los cónsules
alemanes de Sevilla y Cádiz; los oficiales de los barcos y submarinos atracados
en el puerto; y, cómo no, por las autoridades y prohombres de Cádiz y San
Fernando. Los jugadores saltaron al césped, puestos en fila india hicieron el
saludo fascista en honor a Franco y Hitler, y tras realizarse el saque de honor
por parte de la hija de uno de los cónsules allí presentes, se procedió a darse
el pitido inicial. Al principio, favorecidos por un fuerte viento de Levante,
la escuadra alemana avasalló a los jugadores gaditanos pero un gol de éstos
hizo declinar la balanza a favor de los locales. Tanto que en el segundo tiempo
el Cádiz destrozó a los alemanes marcando cuatro goles más. Al final, por
cuestiones de honor, los mismos alemanes marcaron un gol quedando como
resultado final 5-1.
Aquel resultado
fue, sobre todo, épico, ya que un club español como el Cádiz C.F. ganó a la todopoderosa
selección alemana, una selección en la que muchos de sus integrantes pronto estarían
luchando en la Segunda Guerra Mundial. Como colofón añadir que al final del
partido el Cádiz recibió la Copa de Plata donada por la Sociedad Gaditana del
Fomento, copa que hoy en día se puede contemplar en la sala de trofeos del
estadio Ramón de Carranza.