Cuando una persona acude, o es invitado, a un banquete, normalmente le ponen delante unos entrantes apetitosos, seguidos de suculentos platos y terminando por un refrescante refrigerio que pone un feliz punto final a una estupenda velada. Pues esto mismo que les estoy narrando pasa con la Historia. Si una persona se atraganta al principio con datos y fechas interminables, llegará un momento en que se sacie y no quiera proseguir con lo que siga, aborreciendo cada conocimiento que le pongan delante. Este ejemplo nos viene a decir que si acudimos a un tema histórico y nos zambullimos directamente en él sin ningún comedimiento llegará la ocasión en que nos queramos alejar de la historia pues nuestro cerebro no llegará aguantar más información. Como bien dice el refrán, lo bueno si breve dos veces bueno, y es por ello que libros como el que tengo delante, Curistoria, de Manuel J. Prieto, hacen posible que la Historia siga viva y emocionando al lector día a día.
La Historia ha de tomarse como al principio del banquete que antes les mencionaba en pequeños bocados y sorbos, para luego acudir a fuentes más elevadas y de esta manera convertirnos en auténticos expertos en el tema histórico que más nos apasione o atraiga. Tengo el honor y la gran suerte de conocer al autor de este libro, y les aseguro que esta recopilación de anécdotas históricas y curiosidades que la marea de los siglos nos ha dejado, es fruto de una investigación precisa, escrita después de haber leído un buen numero de volúmenes y volúmenes de historia. No son simples anecdotillas cogidas a vuela pluma, sino un buen número de entradas divulgativas que harán las delicias de cada lector. Es un fantástico libro-puente para después investigar más a fondo (difícil después del excelente estudio que ha hecho Manuel J. Prieto) lo que ha dado el devenir de la historia.
Las entradas del libro no están organizadas ni temática ni cronológicamente según su aparición temporal, sino de manera diversa, lo que propicia no un contratiempo para el lector sino que responde a una función clara: deleitar a cualquier persona que quiera pasar un buen rato con la historia. No es un ensayo en el que el entendido se disponga a tomar notas (que también lo puede hacer) sino un auténtico paseo por lo extraordinario o lo que se salgo algo de lo común en nuestro pasado. Quien quiera gozar de cada hoja de este fantástico libro puede abrirlo por donde más le venga en gana pues seguro que hallará ratos y ratos de culto entretenimiento.
Con su estilo directo, rápido y sencillo de leer, todo ello aderezado con un toque de finísimo buen humor, Manuel J. Prieto ha entrado con pie firme en el Olimpo de los especialistas en la búsqueda y rastreo de anécdotas, fijando su nombre junto a grandes de esta temática como son Carlos Fisas, Gregorio Doval, Juan Antonio Cebrián o por ejemplo Nieves Concostrina. Estamos ante un autor que con su prosa clara y concisa dará que hablar en un futuro, se lo aseguro, ya que, fíjense, llevó casi cuatro años con este libro y no me canso de leerlo, hojeándolo de vez en cuando recordándome cada anécdota el por qué me gusta la historia.
Como posdata final no quisiera despedirme sin indicarles que desde hace unos días ya ha salido a la venta (estamos de enhorabuena) la segunda parte titulada Curistoria 2. Además de deleitarnos de nuevo con sus cientos de anécdotas escogidas, el libro tiene el valor añadido de formar parte de una ayuda social, pues las ventas que reporte irán destinadas a una asociación benéfica, en este caso la ONG Médicos Sin Fronteras. Un auténtico libro con corazón.