Están ahí, aunque no nos hayamos dado cuenta. Son los gorros papales y no todos son iguales. Cada uno tiene su significado y se han de llevar en determinados momentos. Son los siguientes:
a) La Mitra: se trata de un gorro de tela, alto y se caracteriza por tener dos picos en la parte superior. Se utiliza en las grandes celebraciones eucarísticas y su uso, en esos momentos, es obligatorio. En el siglo X sustituyó a la tiara dorada pero aun así conserva su símbolo de poder y autoridad.
b) La Birreta: Es un gorro muy pintoresco pues tiene forma cuadrangular y porta en la parte superior una borla o pompón del mismo color. Según su portador cambia la cromacidad de la birreta: el de los obispos es morado; el de los cardenales rojo mientras que el del mismo Papa es blanco. Juan XXIII fue el último en llevarlo.
c) El Camauro: este peculiar adminículo es de color rojo y lleva alrededor una capa de blanco armiño. Sustituye a la birreta en los duros inviernos romanos y su uso esta prohibido durante las ceremonias religiosas. Aunque cayó en desuso tras el pontificado de Juan XXIII actualmente fue recuperado por Benedicto XVI
d) El Saturno: Al igual que el anterior este gorro nunca se utiliza durante los oficios religiosos e igualmente fue recuperado por el Benedicto XVI. Se trata de un sombrero de ala ancha, y es por ello por el que toma el nombre de Saturno ya que su forma recuerda al perfil del planeta en cuestión. Este sombrero fue muy utilizado por Juan Pablo II cuando viajaba a países calurosos y anteriormente era muy común verlo en la vestimenta de Juan XXIII.
e) El Solideo: Se trata de un casquete de seda que puede llevarlo el Papa, los obispos o los cardenales. El origen de su nombre viene de Soli Deo, es decir que solo se puede quitar ante Dios, es decir delante del Santísimo Sacramento o durante algunos momentos de la Santa Misa desde el Prefacio hasta la Comunión. Como curiosidad los obispos y los cardenales también se lo quitan en presencia del Papa como señal de respeto, lo que es incongruente ya que el fin original de esta pieza es quitárselo solamente ante Dios y no de su Vicario.