Junto con el
Atomium y el Grand Place uno de los grandes símbolos de Bruselas es el Manneken Pis. Se trata de una simpática
estatua de bronce que muestra a un niño pequeño orinando agua (antiguamente por
motivos festivos podía ser vino, hidromiel o cerveza) sobre una pila o fuente.
Se tiene constancia de que existía a finales del siglo XIV, en 1388 según
consta en los archivos de la Catedral de Santa Gúdula, y también se sabe que a
lo largo de los siglos fue robada en varias ocasiones. Es por ello que en 1619
el artista Jerome Duquesnoy, el Viejo hiciera una nueva estatua para mayor
gloria de la ciudad. Pero la odisea de esta figura no acaba ahí pues en 1695
los ciudadanos la protegieron del bombardeo y el asedio que hicieron los
franceses a Bruselas. Desde aquel día se inscribió debajo de la estatua la
siguiente leyenda: In petra exaltavit me,
et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos (El Señor me levantó sobre
una roca, y ahora elevo mi cabeza sobre mis enemigos). Pero lo que no consiguió
las bombas y las afiladas armas si lo lograron unos ladrones en los años 60
cuando robaron la estatua permaneciendo en paradero desconocido durante cierto
tiempo hasta que fue recuperada. Actualmente la podemos encontrar en la parte
antigua de la ciudad entre las calles de L'Etuve y Chene junto a la Grand
Place.
Alrededor del
Manneken Pis existen varias leyendas que intentan explicar el motivo de esta
estatua. Les pongo las más famosas:
a) Un día una
potencia extranjera puso sitio a la ciudad y como no conseguía derribar las
murallas pensaron en poner una gran bomba para derribarlas. Un niño llamado
Juliaanske que había visto encender la mecha subió corriendo a la muralla y
orinando la apagó salvando de este modo la ciudad.
b) Durante la
Batalla de Ransbeke Godofredo de Lorena colgó la cuna de su hijo entre las
ramas de un roble hasta que terminara el conflicto. En medio de la batalla el
niño se salió de la cuna y los soldados se lo encontraron mientra orinaba
encima de los yelmos de los guerreros.
c) Esta es más
fantástica pues cuenta que una vez el hijo de un noble de Bruselas abandonó una
procesión pues tenía muchas ganas de orinar. Sin saberlo, lo hizo en la esquina
de la casa de una bruja que como castigo lo convirtió en una estatua, la misma
que hoy podemos ver.
d) Un rico
comerciante perdió un día a su hijo y prometió una suculenta recompensa a quien
lo encontrara. Horas y horas pasaron hasta que fue el mismo comerciante quien
lo encontró orinando en un jardín mientras no paraba de reír. Como no se podía
dar la recompensa a sí mismo pensó en costear una pequeña estatua con la imagen
de su hijo en agradecimiento a los esfuerzos realizados por los ciudadanos de
Bruselas.
Una de las cosas
más curiosas referidas al Manneken Pis es el celebre museo de trajes situado en
la Musee de la Ville. El origen de estos disfraces hay que buscarlo en 1698
cuando un gobernador le regaló a la estatua el primer traje. Desde entonces
este gracioso personaje ha acumulado un total de 800 vestidos muchos de ellos
regalados por los presidentes de estado que visitan la ciudad de Bruselas,
muchos de los cuales se ponen al Manneken en ocasionales especiales para
regocijo de los visitantes. Es tanta la fama que ha adquirido esta estatua que
existen copias de ella en muchas ciudades del país existiendo incluso una
versión femenina, la Jeanneken Pis,
cercana a la Grand Place inaugurada en 1990.