Se dice que el
general Juan Prim y Prats, Marques de Castillejos, era tan temible en la
batalla que los moros del Norte de África le tenían pavor. Tanto que las madres
moras para hacer que sus hijos se portaran bien y se durmieran los acunaban
diciéndoles lo siguiente:
Cállate, niño, o llamamos a Blim