Durante la
Segunda República Española (1931-1936) la sociedad civil estaba muy crispada,
siendo espejo de los frecuentes enfrentamientos políticos que existían durante
las sesiones del Parlamento entre defensores de izquierda y de derecha. El
mejor ejemplo de ello lo podemos observar en una anécdota que se produjo
durante una de estas sesiones, cuando un contrincante político de José María
Gil Robles, entonces ministro de Guerra, le gritó desde la tribuna:
Todos sabemos que su señoría pertenece a la
clase de los que aún llevan calzoncillos de seda bordados.
Gil Robles, a
pesar de defender siempre con vehemencia sus ideas, esta vez optó por un tono
más calmado y mirando a su rival le contesto:
¿Acaso lo ha comentado la esposa de su
señoría?