Atención al
padrenuestro que rezaban los rebeles neerlandeses hacia 1572 en las iglesias de
Flandes conminando al rey de España para que les librara de un hombre llamado
Fernando Álvarez de Toledo, más conocido como el Duque de Alba:
Diablo
nuestro que estás en Bruselas
maldito
sea tu nombre
así
en el cielo como en el infierno.
Que
este Diablo se marche pronto
y
con él su Tribunal, falso y sanguinario
que
a diario practica el asesinato y la rapiña;
y a
los perros rabiosos venidos de España
devuélvelos
al Demonio, su padre. Amén.
Tanto era el
miedo que le tenían pues lo consideraban un hombre cruel, ávido de fama y que
le gustaba usar la fuerza bruta en vez del diálogo. Ésta es la visión que se ha
tenido del Duque de Alba a lo largo de la Historia y que la Leyenda Negra no
dudó en publicitar por toda Europa.