La mascota del
dictador comunista rumano, Nicolae Ceausescu (1918-1989), se llamaba Corbu, y se trataba de un labrador negro
que le había regalado el líder del Partido Liberal británico. Inmediatamente,
el camarada Corbu, fue elevado al rango de coronel del ejército, y cuando era
paseado por las calles iba siempre en limusina y rodeado por una fuerte
escolta. Como correspondía a su rango sus habitaciones tenían televisión y
teléfonos de oro, y como no era un perro cualquiera su comida también era de
alto standing pues todas las semanas
recibía desde Gran Bretaña unas galletas de lujo que le eran enviadas desde
allí por el embajador de Rumania en Londres.