La diseñadora francesa Gabrielle
Bonheur Chanel, alías Coco Chanel, no
fue precisamente una luchadora por la libertad de su país durante la Segunda
Guerra Mundial. Parece ser que recientes estudios han desvelado que en aquellos
años la modista tuvo una doble vida pues mientras por un lado revolucionaba el
mundo de la moda por otro era una espía nazi fichada por la Abwehr (agencia de
inteligencia militar alemana) con el número F-7124 y con el sobrenombre de
Wesminster. Coco Chanel habría aceptado gustosa el traicionar a su patria
debido a su antisemitismo y por conseguir ciertos favores como que liberaran a
un sobrino suyo que estaba preso en un campo de internamiento militar o
perjudicar a ciertas empresas judías del ramo para que su marca alcanzara más
publicidad. Las misiones que le encomendaron los nazis la llevaron a Madrid o
Berlín. Las hizo acompañadas de su amante el oficial Hans Gunter von Dinklage,
en nombre del general Walter Schellenberg, mano derecha del temible jefe de las
SS Heinrich Himmler. Tras la liberación de París en agosto de 1944 fue detenida
por el Comité de Purga de la Francia Libre, el épuration por haber mantenido contactos con los
nazis durante la guerra, pero milagrosamente fue absuelta a las tres horas ya
que no la encontraron pruebas incriminatorias. Temiendo por su vida se refugió
en Suiza, aunque volvió a los nueve años, en 1954, para limpiar su nombre y
levantar de nuevo su imperio.