Donde las dan
las toman. Esto es lo que debió de pensar el productor de la
Metro-Goldwing-Mayer Irving Thalberg en
una radiante mañana primaveral al ver el estado en que se encontró la sala de
espera aneja a su despacho. Parece ser que este hombre tenía la manía de hacer
esperar a sus visitar durante largas horas antes de hacerlas pasar a su
presencia. Un día los Hermanos Marx acudieron a su despacho y como el productor
tardaba tanto en salir pensaron darle una lección que nunca olvidara. Cuando
éste salió se los encontró totalmente desnudos y asando unas patatas en la
chimenea de la sala de espera. Desde aquel día los Hermanos Marx nunca más
tuvieron que esperar su turno.