En 1679, el
enfermizo rey español Carlos II, se casó con la sobrina del rey Luis XIV de
Francia, María Luisa de Orleans, pero debido al gran número de achaques que
sufría el monarca no lograba engendrar un varón con el que asegurarse su descendencia.
No solo los nobles esperaban que se consumara el matrimonio sino que también el
pueblo estaba ansioso por ello ya que aunque no eran expertos en política,
sabían muy bien que si el rey no lograba tener varón posiblemente en un futuro
habría guerras por alzarse con el trono hispano. Es por ello que entre el
pueblo madrileño fue corriendo de boca en boca la siguiente coplilla:
Parid, bella flor de lis,
Que en aflicción tan extraña,
Si parís, parís España,
Si no parís, a París.
Y como estaba cantado, la reina murió
diez años después sin engendrar varón.