Yo puedo ser vulgar pero os aseguro que mi
música no lo es.
En 1984 el
director de cine checo Milos Forman presentó al público una de las mejores
películas de la historia, Amadeus,
basada en la vida del genio Wolfgang Amadeus Mozart. Uno de los puntos
brillantes de aquel film fue sin duda no solo presentar al músico y
redescubrirlo para expertos y profanos sino también mostrarnos como era
verdaderamente en su vida interna. Y aunque muchos de los aspectos de la
película son un tanto maquillados por
la rumorología el enseñarnos un Mozart borrachuzo, ludópata, y mal hablado, a
la par que amante de su música no tiene precio. Es decir la humanización de su
ser, el bajar al genio salzburgues de su torre de marfil hace que lo apreciemos
aún más, que nos acerquemos todavía más a su música. Pues es en este punto
ejemplificador donde quiero poner el acento, ya que, a mi modo de ver, el gran
problema existente de la música, llamémosla clásica aunque podemos remontarnos
a más atrás en el tiempo, es su alejamiento del gran público. El ciudadano
profano la ve como algo inaccesible solo accesible a personas con una gran
cultura o un gran bolsillo lleno de dinero. No la comprenden pues ven a sus
creadores como estatuas de mármol que como dice Mozart “defecan solamente
mármol” Es decir dioses subidos en pedestales tiranos de las partituras. Pero
si conseguimos que los vean que son seres iguales a ellos puede que abran sus oídos
y comiencen a deleitarse con sus oberturas, corcheas, semicorcheas, y toda
clase de artíficos musicales.
Así pues
llegamos al momento de presentarles el libro que seguramente ayudara a
cualquier persona curiosa a amar la música clásica: Historia insolita de la música clásica I, escrito por el abogado y
amante de la música Alberto Zurrón (Nowtilus 2014). Ya el subtitulo del ensayo
nos pone en alerta, “la asombrosa vida de los artistas más extraordinarios”. El
autor desgrana a lo largo de sus 350 páginas todo un muestrario de virtudes y vergüenzas
de los compositores más famosos de la historia de la música como Wagner,
Berlioz, Tchaikovsky, Schönberg, Satie, Beethoven, Strauss, Liszt, Debussy… y
nos los presentan como personas como nosotros, con sus filias y sus fobias, con
sus arrebatos de furia, y sus bondades, e incluso sus escarceos amorosos. Es decir
seres que atesoraban, y atesoran, en su haber ser culpables de haber caído en
alguno o algunos de los siete pecados capitales. Incluso hay algunos como
Beethoven que además se enorgullece de ello. Además descubriremos que no eran
tan perfectos musicalmente como creíamos. Algunos de ellos fueron martirizados
en algunos momentos de su vida luchando por dilucidar alguna nota en concreto,
e incluso algunas veces vemos como o se olvidan de sus propias partituras
(famosas muchas de ellas) o ni siquiera saben interpretarlas. ¡Increíble!
Pero, aunque el
autor nos los muestren al natural, como el traje invisible del emperador,
Alberto Zurrón siempre es respetuoso en sus escritos, erudito y con unos conocimientos
musicales impresionantes. Consigue en este libro que a través de las anécdotas,
curiosidades y episodios más fascinantes e insólitos de este género musical,
los que amamos la música culta la amemos todavía más, y los que son profanos en
la materia se interesen por ella al deleitarse con su prosa clara y didáctica. Historia Insólita de la música clásica I
(esperemos que pronto haya una segunda parte) es un tesoro para los melómanos pues
les aseguro que descubrirán más de un hecho desconocido que creían saber de su
compositor preferido. Así pues les animo a que abran este ensayo, por el lado
que les apetezca, y gocen de la vida privada de los músicos más geniales de la
historia.