Durante el siglo
IV a. C en la ciudad de Tebas un comandante de su ejército llamado Gorgidas se
le ocurrió crear un cuerpo de élite militar llamado El Batallón Sagrado, el cual en tiempos de paz defendería la
ciudadela Cadmea, situada en la misma ciudad, y en tiempos de guerra se
convertiría en uno de los cuerpos principales del ejercito tebano. Pero a pesar
de que muchas ciudades y estados de la antigua Grecia tenían cuerpos parecidos,
lo que diferenciaba al Batallón Sagrado de los demás era que sus componentes
eran exclusivamente homosexuales. Estaba constituido por un total de 300
hombres valientes, es decir 150 parejas que se defendían unos a otros, y que en
el caso de que uno cayera en combate el otro lo vengaría hasta alcanzar el
mismo la muerte, haciendo de ellos, por tanto, una fuerza temible. A diferencia
de la división homosexual que existía en Grecia de erómenos y erastés, la
pareja que luchaba dentro del Batallón Sagrado se llamaban Heniochoi (conductor) que era el guerrero de más edad, y Paraibaitai (o compañero) más joven que
su amado y que continuamente era entrenado en las artes bélicas. A lo largo de
casi cuarenta años esta fuerza de élite fue invencible hasta que fueron
derrotados en la Batalla de Queronea (338 a. C) por el ejército macedonio de
Filipo II y su hijo Alejandro Magno. En el lugar donde perecieron se erigió una
tumba coronado por un feroz león para recordar a todo el mundo que allí
enterrados se encuentran estos valientes tebanos pertenecientes al mítico Batallón
Sagrado.