Queramos o no,
el segundo idioma más hablado del mundo es el español, con un total de 405
millones de hispano hablantes. Estamos por detrás del mandarín, pero, claro
está, son muchos millones más de personas asiáticas las que hablan este idioma
(¡995 en total!) Así pues piensen lo rica que es no solamente la lengua que
hablaba Cervantes, sino también el medio en el que se plasma: es decir, en
nuestra literatura. Los escritores que jalonan cada hito literario de la
historia española han contribuido a que el español se la lengua más excelsa y
completa del planeta. La pena es que muchas veces sus novelas, memorias,
ensayos, poemas u obras teatrales se quedan en la orilla del conocimiento
actual. La mayoría de las veces, la literatura española se convierte para los
jóvenes en un mero trámite para poder aprobar la asignatura de literatura
española, convirtiéndose dichos autores más que en un elemento de regocijo y
disfrute del intelecto, en meras herramientas de tortura que sufre el
estudiante para poder aprobar. Y es por ello que si preguntamos a muchos de
ellos si se acuerdan de algún autor muchas veces el único recuerdo que tienen
es de los libros que les obligaron a leer en sus años mozos. Pero la literatura
española es más que eso, es un vehículo con el que las ideas más profundas o
las formas de fantasía más bellas han llegado
nosotros, por lo que es necesario que nunca se pierda la memoria de la increíble
gesta que son las letras españolas. Así pues, como recordatorio de ello les
animo a que se sumerjan de nuevo en este apasionante mundo a través de la obra
de Alberto de Frutos Dávalos: Breve
Historia de la Literatura Española. (Continua)
Nuestro autor
nos propone un interesante viaje a través de la literatura hispánica (española
primordialmente) desde su nacimiento allá por la alta Edad Media hasta nuestros
días. En los duros años en que las espadas eran más importantes que un libro,
nació el castellano. El culpable de ello es un texto es una nueva forma de
escritora plasmada en las Glosas
emilianenses, que con el paso de los años adquirirá forma en los llamados
mesteres de juglaría y clerecía y en la irrupción del teatro, género que salta
del templo al exterior de las iglesias, y que gracias al Auto de los Tres Reyes Magos, hará que comience una de las
aventuras épicas más grandes de todos los tiempos. A través de la Edad Media el
castellano y sus lenguas, futuros gérmenes del español actual, se van puliendo
poco a poco con obras líricas y de caballería, desembocando en el Renacimiento,
en donde un autor llamado Fernando de Rojas escribe uno de los mayores hitos de
la literatura española: La Celestina.
Y como si esto fuera poco, los siglos venideros traerán el llamado Siglo de Oro
de las letras españolas: la novela pare la mayor obra de todos los tiempos, El Quijote, de manos de Cervantes, el
teatro alumbra autores como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de
Molina entre otros; y la poesía nos deslumbra con la pureza y magnificencia de
los versos de Quevedo, Góngora, o Sor Juana Inés de la Cruz. Toda esta belleza
barroca, potente en sus planteamientos, un siglo después se convierte en rígidas
normas y orden en el Neoclasicismo. Moratín, Torres Villarroel, o Feijoo
asientan las bases para una literatura clara y sin estridencias, pero todo
salta por los aires con los románticos. Larra, Espronceda, Bécquer hacen que
nuevamente volvamos a soñar con la belleza sin igual y la aventura sin par, y
los realistas plasmaran toda su excelencia en las grandes novelas galdosianas y
los monumentos vetustos de una ciudad que dormita en la siesta. Llegados a este
punto, al siglo XX, dos generaciones, una surgida del descontento general, la
Generación del 98, y otra nacida de un grupo de brillantes estudiantes, la del
27, cada una a su manera fijan el canon actual de nuestra literatura, y pasada
la guerra un nuevo renacer de las letras españolas las proyectan al mundo
demostrando que somos una de las escrituras más fascinantes de la historia.
Podríamos decir
que este mero bosquejo sobre la gran aventura de la literatura hispana es un 1%
de lo maravilloso que podrán encontrar en este libro. Además uno de los puntos
más fuertes que existen en él es que el autor no se limita a mostrarnos las
épocas y autores como una mera cronología de escuela. La enriquece con su
escritura cercana y amena, además de mostrarnos que esos escritores no estaban
solos en el mundo, ni sus obras se habían creado porque sí, ya que junto a lo
dicho lo entronca todo en un contexto histórico mostrándonos que todo lo que
escribían no fue fruto de la casualidad sino también de una observación de lo
que había a su alrededor. Así pues les recomiendo que echen un vistazo a esta
obra Breve Historia de la Literatura
Española y vuelvan a sentirse orgullosos de la labor que durante siglos hizo
una legión de grandes artistas de la imaginación.