A día de hoy, si
uno recorre la Calle Preciados de Madrid se encontrará enseguida con el fastuoso
edificio del Corte inglés. En él se puede encontrar de todo, desde ropa, tecnología,
libros, utensilios para el hogar… Sin lugar a dudas un gigantesco almacén en el
que perderse entre cientos de cosas. Pero en un principio, como le ocurre a
todas las grandes tiendas, tuvo unos orígenes humildes. Remontémonos a sus
comienzos. Antes de la Guerra Civil española (1936-1939) el Corte Inglés era
una mera sastrería, especializada en ropa de niño, que al terminar el conflicto
armado acabó trasladándose con tan solo siete empleados a la calle Preciados, número
3, esquina Tetuán, justamente a las dependencias
de los almacenes El Águila. Y aunque
todo parecía indicar que aquella tienda iba a ser una más de la época, entonces
se produjo algo más allá de nuestras
fronteras que iba a cambiar su destino para siempre: La Segunda Guerra Mundial
(1939 – 1945).
¿Cómo pudo este
conflicto afectar al destino del Corte Inglés y convertirlo de la noche a la
mañana en uno de los centros comerciales más importantes de España? Según
parece durante los años que duró la lucha armada, Alemania perdió gran número
de trabajadores autóctonos ya que continuamente eran destinados al frente. Por lo tanto esta
alarmante falta de mano de obra tuvo
como consecuencia que el 8 de Febrero de 1941 se firmara un acuerdo entre la
España franquista y la Alemania nazi para enviar a este país gran número de
trabajadores con los que suplir la falta de mano de obra que tanto estaba
afectando a la economía del país teutón. A raíz de esto, en un país arruinado por la
reciente Guerra Civil, muchos españoles vieron la oportunidad de salir de la
miseria en la que vivían y sin dudar un momento se apuntaron para viajar a
Alemania. En total se precisaban 100.000 trabajadores totalmente sanos y sin
cargas familiares, y, por encima de todo, que llevaran consigo lo que se denominó
el paquete del emigrante. Esta maleta
especial debía tener, según nos dice Juan Eslava Galán en su obra Los años del miedo:
…cuatro pares de calcetines, un par de
calzoncillos y camisetas, tres camisas, dos pares de pañuelos, dos toallas, un
traje, un pantalón, un jersey de lana, un abrigo, un par de botas, una bufando,
un gorro y los útiles de afeitar. Las tortillas de patata eran voluntarias.
Y adivinen quién
se encargaba de aprovisionar a los sufridos trabajadores del pertinente paquete
del emigrante. Pues sí, El Corte Inglés. Así que en un periquete, debido a la
urgente demanda, las arcas de este centro comercial engordaron enseguida,
poniendo las bases de lo que en un futuro sería uno de los negocios más
opulentos que actualmente existen.