Durante el
tiempo que duró la URSS los ciudadanos de los países que pertenecían a la órbita
soviética estaban continuamente vigilados por agentes del orden no fuera a ser
que se salieran de la doctrina del partido comunista. Y a veces pasaba que esta
vigilancia rozaba el ridículo. Un ejemplo: hubo un día en que dos amigas
polacas decidieron ir a un lago a darse un chapuzón, y al llegar al lugar
indicado una de ellas lo hizo completamente desnuda mientras que la otra fue
algo más pudorosa y prefirió bañarse en bikini. Dio la casualidad que por la
zona había un policía y en cuanto presenció el espectáculo mandó a las bañistas
que salieran del lago. Éstas, amedrentadas por la presencia policial salieron inmediatamente
y cuando el agente del orden las vio no dudó en ponerles una multa. A la
primera, a la que se había bañado desnuda la amonestó por “contrarrevolucionaria.
Intenta excitar a una parte de la población contra la otra”. Y en cambio a la
otra, la del bikini, la multó por “ocultación de objetos de primera necesidad”.