sábado, 9 de diciembre de 2017

LAS FALSAS MOSCAS DEL BAILE



Cuando vemos una escena de baile ambientada en el siglo XVIII es corriente ver a las damas portando en su rostro un leve lunar en la mejilla o cerca de la comisura de la boca. Queda muy elegante, pero ¿sabías que el uso de estos lunares es un verdadero lenguaje silencioso en el que las señoritas indicaban a su amantes en qué estado sentimental se encontraban en ese momento? A principios del siglo XVII la utilización de estos lunares servía exclusivamente a las damas para disimular las cicatrices que dejaba la viruela en el rostro. Pero poco a poco estos falsos nevus, también conocidos como mouchés (moscas) o grains de beautè, se fueron alejando de su uso original y se pusieron de moda entre las damas adineradas. Recordemos que en aquellos años era común que se utilizara una abundante capa de cosmético blanco en el rostro y se empolvara de forma gratuita las pelucas de los señoras y los caballeros, así que era de lo más elegante incluir un pequeño toque en el rostro a base de lunares hechos de pequeños trozos de tafetán o de terciopelo negro. Eran de distintas formas (estrella, corazón, punto…), e incluso se podían poner varios en la cara, y como ya he indicado antes era todo un mensaje visual en el que se decía a los jóvenes pretendientes si la dama era apasionada, discreta, celosa, ardiente… Por ejemplo si tapaba simplemente un grano se le llamaba la ladrona, o si estaba cerca del escote era la generosa (el significado aquí es obvio). Como se puede ver eran muy útiles en el campo del coqueteo y al terminar la velada o el baile se guardaban en cajas de nácar u oro en el lugar más preciado del ajuar. Estuvieron de moda desde el reinado de Luis XIII hasta los comienzos de la Revolución Francesa ya que la aparición de la vacuna contra la viruela hizo que esta costumbre decayera y desde entonces se utilizaran lunares cosméticos en sustitución a los falsos.