sábado, 5 de mayo de 2018

BREVE HISTORIA DE LAS BATALLAS DE LA ANTIGÜEDAD (EGIPTO-GRECIA-ROMA) - Carlos Díaz Sánchez


"La guerra es el estado normal del hombre." (Arturo Pérez-Reverte)

De igual manera que la paz ha hecho que la civilización haya conseguido grandes logros y avances científicos para su  bienestar, la guerra, en cambio, ha marcado el devenir del ser humano haciendo que su destino crezca o disminuya ya sea por un reino o imperio que alcance la gloria o por un territorio que cae en desgracia bajo el poder de las armas del enemigo. Esta ha sido una constante a lo largo de la Historia, desde el principio de los tiempos hasta hoy en día. Grandes han sido las batallas en las que la raza humana se ha destrozado mutuamente, pero en las que también han aparecido nombres y hazañas recordadas a través de los siglos. El historiador Carlos Díaz Sánchez centra su mirada en aquellos tiempos en los que los dioses luchaban entre ellos y en los que los hombres les rogaban una victoria total. Así pues, sin más preámbulos les presento: Breve Historia de las batallas de la antigüedad (Nowtilus, 2018).
Nuestro autor concentra su estudio en los tres grandes mundos de la antigüedad. A saber: Egipto y oriente, la cívica Grecia, y finalmente la belicosa Roma. A través de la lectura de este ensayo nos presenta la historia de sus guerras y como cambiaron de curso la historia de cada pueblo, aunque llama la atención, y nos hace ver también, que dichos conflictos fueron organizados o provocados por distintos motivos. En el primer caso, en el Egipto de los faraones, la gran mayoría de las batallas se realizaban para aumentar no solo el patrimonio egipcio sino también encumbrar el prestigio de los faraones. Un ejemplo de ello lo tenemos en la batalla de Megido, protagonizada por Tutmosis III en el  1479 a.C, o más tarde en la de Qadesh (1274) donde Ramses II consiguió una gran victoria propagandística frente a los Hititas. En cambio los griegos, en un principio, lucharon por defender su libertad frente a los persas en las Guerras Médicas (490 – 478 a.C) donde brillaron los nombres de Maratón, Termópilas o Platea. Aunque tras pasar esa etapa gloriosa, la koiné griega se enfrentó en una especie de guerra civil en la denomina Guerra del Peloponeso (431 – 404 a. C) bien uniéndose a la égida ateniense o bien a la fuerza total de los espartanos. Curiosamente, de esa guerra, de rebote, otra ciudad-estado, Tebas, consiguió la hegemonía en el territorio en el 371 a. C en la batalla de Leuctra. Pero fue una victoria efímera pues pasado el tiempo caerá en las garras de otro de los grandes hitos de la historia: el reinado de Alejandro Magno. Aquí asistimos a lo contrario, pasamos de una guerra por defender la libertad de un pueblo, a toda una expansión para unirlos a todos y difundir las ideas helenísticas por Asia a costa del imperio persa. Batallas como la Gránico (334), Issos (332) o Gaugamela (331) hicieron que la gloria de Alejandro fuera inmortal, aunque su añorado imperio solo le sobreviviera a él y acabara con su muerte, como un grano de arena en una tormenta desértica. Y finalmente, Carlos Díaz Sánchez, acaba su magnífico relato con el pueblo guerrero por excelencia, aquel que llevó la guerra por todo el Mediterráneo, y que a la vez creó un imperio que iba desde la neblinosa Albión, hasta las ardientes arenas partas, o desde el frio norte germano hasta la fresca y lujuriosa África. Es decir Roma, el reino de la loba. Desde sus inicios asistimos a una expansión total a costa de los pueblos de la ribera mediterránea. Bajo sus botas caen los pueblos itálicos como fueron los etruscos o samnitas; después Cartago en las Guerras Púnicas (264 – 201 a. C), y Grecia en Pidna (168 a. C). Y así sucesivamente, los hijos de Rómulo fueron conquistando en batallas épicas el mundo conocido, hasta su propia destrucción.
En Breve Historia de las batallas de la antigüedad, Carlos Díaz Sánchez, nos ofrece de manera rigurosa y didáctica a la vez, un esplendoroso registro de las batallas de aquellos tiempos, ya fuera en Egipto, Grecia o Roma, y no solo lo muestra como un catálogo más de sangre y honor sino que también nos ilustra sobre cómo eran aquellos ejércitos, que clases de tácticas utilizaban, los grandes nombres que encabezan aquellos sueños de gloria, cómo era el armamento y cuáles fueron las consecuencias de las victorias y las conquistas posteriores. O de los terribles destinos de los vencidos. Nos encontramos con un trabajo muy completo que hará las delicias de los amantes del campo bélico y de aquellos que quieran conocer por primera vez las grandes batallas que jalonaron un tiempo de aventura y fama sin fin.