"La guerra es el estado
normal del hombre." (Arturo Pérez-Reverte)
De igual manera
que la paz ha hecho que la civilización haya conseguido grandes logros y
avances científicos para su bienestar, la
guerra, en cambio, ha marcado el devenir del ser humano haciendo que su destino
crezca o disminuya ya sea por un reino o imperio que alcance la gloria o por un
territorio que cae en desgracia bajo el poder de las armas del enemigo. Esta ha
sido una constante a lo largo de la Historia, desde el principio de los tiempos
hasta hoy en día. Grandes han sido las batallas en las que la raza humana se ha
destrozado mutuamente, pero en las que también han aparecido nombres y hazañas
recordadas a través de los siglos. El historiador Carlos Díaz Sánchez centra su
mirada en aquellos tiempos en los que los dioses luchaban entre ellos y en los
que los hombres les rogaban una victoria total. Así pues, sin más preámbulos les
presento: Breve Historia de las batallas
de la antigüedad (Nowtilus, 2018).
Nuestro autor concentra
su estudio en los tres grandes mundos de la antigüedad. A saber: Egipto y
oriente, la cívica Grecia, y finalmente la belicosa Roma. A través de la
lectura de este ensayo nos presenta la historia de sus guerras y como cambiaron
de curso la historia de cada pueblo, aunque llama la atención, y nos hace ver
también, que dichos conflictos fueron organizados o provocados por distintos motivos.
En el primer caso, en el Egipto de los faraones, la gran mayoría de las
batallas se realizaban para aumentar no solo el patrimonio egipcio sino también
encumbrar el prestigio de los faraones. Un ejemplo de ello lo tenemos en la
batalla de Megido, protagonizada por Tutmosis III en el 1479 a.C, o más tarde en la de Qadesh (1274)
donde Ramses II consiguió una gran victoria propagandística frente a los
Hititas. En cambio los griegos, en un principio, lucharon por defender su
libertad frente a los persas en las Guerras Médicas (490 – 478 a.C) donde
brillaron los nombres de Maratón, Termópilas o Platea. Aunque tras pasar esa
etapa gloriosa, la koiné griega se enfrentó en una especie de guerra civil en
la denomina Guerra del Peloponeso (431 – 404 a. C) bien uniéndose a la égida
ateniense o bien a la fuerza total de los espartanos. Curiosamente, de esa
guerra, de rebote, otra ciudad-estado, Tebas, consiguió la hegemonía en el
territorio en el 371 a. C en la batalla de Leuctra. Pero fue una victoria
efímera pues pasado el tiempo caerá en las garras de otro de los grandes hitos
de la historia: el reinado de Alejandro Magno. Aquí asistimos a lo contrario,
pasamos de una guerra por defender la libertad de un pueblo, a toda una
expansión para unirlos a todos y difundir las ideas helenísticas por Asia a
costa del imperio persa. Batallas como la Gránico (334), Issos (332) o
Gaugamela (331) hicieron que la gloria de Alejandro fuera inmortal, aunque su
añorado imperio solo le sobreviviera a él y acabara con su muerte, como un
grano de arena en una tormenta desértica. Y finalmente, Carlos Díaz Sánchez,
acaba su magnífico relato con el pueblo guerrero por excelencia, aquel que
llevó la guerra por todo el Mediterráneo, y que a la vez creó un imperio que
iba desde la neblinosa Albión, hasta las ardientes arenas partas, o desde el
frio norte germano hasta la fresca y lujuriosa África. Es decir Roma, el reino
de la loba. Desde sus inicios asistimos a una expansión total a costa de los
pueblos de la ribera mediterránea. Bajo sus botas caen los pueblos itálicos
como fueron los etruscos o samnitas; después Cartago en las Guerras Púnicas
(264 – 201 a. C), y Grecia en Pidna (168 a. C). Y así sucesivamente, los hijos
de Rómulo fueron conquistando en batallas épicas el mundo conocido, hasta su
propia destrucción.
En Breve Historia de las batallas de la
antigüedad, Carlos Díaz Sánchez, nos ofrece de manera rigurosa y didáctica a
la vez, un esplendoroso registro de las batallas de aquellos tiempos, ya fuera
en Egipto, Grecia o Roma, y no solo lo muestra como un catálogo más de sangre y
honor sino que también nos ilustra sobre cómo eran aquellos ejércitos, que
clases de tácticas utilizaban, los grandes nombres que encabezan aquellos
sueños de gloria, cómo era el armamento y cuáles fueron las consecuencias de
las victorias y las conquistas posteriores. O de los terribles destinos de los
vencidos. Nos encontramos con un trabajo muy completo que hará las delicias de
los amantes del campo bélico y de aquellos que quieran conocer por primera vez las
grandes batallas que jalonaron un tiempo de aventura y fama sin fin.