miércoles, 27 de junio de 2018

EL ORIGEN DEL CAMBIO DE HORA


Es norma general que a comienzos de la primavera se adelanten los relojes una hora para sacar provecho de la luz diurna y que se retrasen de nuevo otra hora en otoño. El origen de esta medida, que ya había sido sugerida por Benjamín Franklin en una carta dirigida al diario Journal de París en 1794, hay que buscarla en la Primera Guerra Mundial. El 6 de Abril de 1916 el káiser Guillermo II, debido a la crisis del carbón que estaba sufriendo Alemania, firmó el decreto sommerzeit (horario de verano) por el que establecía que el domingo 30 de Abril de ese año a las 11 de la noche serían las 12 horas. De esta manera se conseguía que a la mañana siguiente hubiera una hora más de luz y se utilizara menos carbón. Sus aliados del Imperio Austrohúngaro hicieron el cambio a la vez, mientras que países cercanos como Suecia, Dinamarca o los Países Bajos, que tenían fuertes lazos económicos con Alemania, también adelantaron sus relojes unos días después. Incluso a pesar de ser enemigos, otros países como Reino Unido (que ya lo había intentado) Estados Unidos o Rusia aplicaron esta medida posteriormente debido a que la consideraban muy beneficiosa para sus economías. Como curiosidad señalar que España fue uno de los últimos países en hacerlo. En concreto en Abril de 1918. Al terminar la contienda los litigantes abandonaron esta medida pero la Segunda Guerra Mundial y crisis posteriores como la del Petróleo de 1973 acabaron por fijar el horario de verano hasta el día el hoy.