Una de las cosas
que nos han dicho de forma machacona es que es
importante comer grandes cantidades de zanahorias para poder tener una mejor vista. Pues bien, aunque
lo hayamos escuchado y nos lo hayan recomendado cientos de veces, la verdad es
que se trata de un falso mito. Esta falacia tiene su origen en la Segunda
Guerra Mundial cuando los alemanes efectuaron el famoso Blitz entre 1940 y 1941 que consistía en el bombardeo continúo de
ciudades inglesas con el fin de obligar al gobierno británico a rendirse. Pero
los ingleses no se estuvieron quietos, aguantando las bombas que les arrojaban,
sino que depositaron sus esperanzas en las Fuerzas Aéreas Reales Británicas
(RAF), quienes se dedicaron a derribar a los bombarderos alemanes que no
paraban de asolar la isla. Uno de aquellos intrépidos aviadores se llamaba John
Cunningham (1917-2002) y
pronto empezó a destacar entre sus compañeros por derribar una buena cantidad
de aviones de la Luftwafe. Una veintena en total, sobre todo por la noche, por
lo que empezaron a llamarle “Ojos de gato”.
El éxito que
tenía no se debía a que tuviera cualidades especiales por encima de sus
compañeros sino porque capitaneaba el escuadrón 604, dotado de un nuevo sistema de radar aéreo (el Airbone
Interception) con el que le era más fácil derribar bombarderos alemanes. Pero
como este nuevo radar era todo un secreto y el gobierno no quería que fuera conocido
por el enemigo se inventó un rumor en el que se decía que el truco de que el
capitán Cunningham y sus hombres tuvieran tanta puntería se debía a que comían
grandes cantidades de zanahorias. Para propagar este rumor la BBC lo afirmó por
la radio y se hicieron incluso unos dibujos animados protagonizados por el doctor Carrot y Potato Pete para que los
niños y sus padres consumieran grandes cantidades de zanahorias y patatas para
mejorar su vista y orientarse mejor en los apagones que provocaba el Blitz. A
resultas de ello el consumo de estos dos alimentos se disparó de manera
considerable forjándose uno de los mayores mitos alimenticios.
Como curiosidad añadir que en un principio
las primeras zanahorias de la Historia provenían de Oriente y eran casi
amarillas. El por qué ahora son naranjas
se debe a los horticultores holandeses quienes en el siglo XVI hicieron
una serie de injertos para obtener una variedad naranja y de esta forma
coincidiera con el color de la casa real holandesa: Orange. A partir de
entonces las zanahorias tienen ese color anaranjado debido a que eran los
holandeses quienes en ese momento dominaban el mercado internacional de
zanahorias.