Todos los
grandes presidentes de Estados Unidos han tenido algún animal de compañía muy
querido, incluido también el controvertido Richard Milhous Nixon (1913-1994).
Se llamaba Checkers, un coker spaniel, que en 1952 se hizo famoso por
protagonizar un discurso dirigido a la nación titulado “El discurso de
Checkers”. Les pongo en antecedentes: parece ser que el entonces candidato a la
vicepresidencia fue acusado de recibir grandes cantidades de dinero y regalos
de manera ilícita. El escándalo estuvo a punto de acabar con su carrera pero
entonces dio un giro radical al asunto pronunciando un discurso que vieron más
de 60 millones de americanos. En él aseguraba que el único regalo que había
recibido había sido un perro que les habían regalado a sus hijas llamado Checkers y que no pensaba devolverlo,
aunque aquello significara un delito. A raíz de este discurso Nixon salió
bastante reforzado frente a la opinión pública. Aquel cocker le valió, con el
tiempo, ser presidente de los Estados Unidos. Actualmente esta sepultado en el
cementerio de mascotas que existe en Bide-a-Wee, Long Island (California).