Al igual que los
grandes conquistadores de la Historia, como Julio Cesar o Napoleón, Aníbal
también tuvo su caballo preferido. Se llamaba Estrategos y era el orgullo del
cartaginés. Era alto, de gran alzada, negro y muy veloz. Se dice que era tan
bello que cuando entraba en algún poblado íbero le gustaba ir montando encima
para impresionar a los régulos o jefes del lugar. Su
nombre indica el lugar de donde venía, Grecia, en concreto de la
zona de Tesalia, y expresamente quiso que fuera de allí pues siempre soñó con
tener un caballo como el que montó Alejandro Magno: Bucéfalo. Curiosamente al
igual que éste Estrategos también era muy inquieto y con una fuerte
personalidad, pero en cuanto Aníbal se montaba en él ya fuera en Hispania, los Alpes o
Italia era muy dócil con su dueño haciendo que jinete y montura fueran uno
solo.