Mucha gente,
incluso hoy en día, piensa que el animal bautizado por la ciencia como Raphus cucullatus o Didus inpetus, más familiarmente conocido como Dodo era un ser
mítico que aparecía solamente en los bestiarios o en el maravilloso libro de
Lewis Carroll Alicia en el país de las
maravillas. Craso error pues el Dodo fue un animal que sí existió pero que
debido a su incapacidad para volar se extinguió a finales del siglo XVII.
Parece ser que era descendiente de las palomas africanas y que habitaba sobre
todo en las Islas Mauricio, en el cálido Pacífico. Medían alrededor de 80
centímetros y pesaban unos doce kilos. Era bastante gordo, andaba de forma
errática y tenía unas pequeñas alas plegadas al cuerpo que no le servían para
nada pues estaban atrofiadas.
Es decir, que no
sabía volar, así que cuando los primeros expedicionarios europeos llegaron a
esas islas no tuvieron ningún problema en cazarlos y comerse su carne. Alimento
que según indican las crónicas sabía bastante mal y era muy correosa. Como
consecuencia de esta caza indiscriminada, a lo que se le añade una gran
lentitud para reproducirse, el Dodo pronto se extinguió quedando en la memoria
de los navegantes como un animal fabuloso. Durante siglos se creyó que fue un
ser mítico pero en 1865, coincidiendo justamente con la publicación del libro
de Lewis Carroll, se encontraron en aquellas islas un gran número de esqueletos
de este animal demostrando a todo el mundo la verdadera realidad del Dodo.