Hace poco el actual
gobierno bajó un 10% el IVA en la venta y compra de obras artísticas. Es una
buena medida que espero pronto se difunda a todos los ámbitos de la cultura.
Pero lo que más me atrajo de esta noticia no es solamente la influencia
económica-política que se desprende de ella sino la importancia que ha tenido
el arte a lo largo de los siglos y en particular en la Historia de España. Un
ejemplo de ello lo vemos en la época de los Austrias. Parece ser que Felipe II en
1520 encargó a Tiziano un cuadro de tema bucólico para uno de los palacios de
la familia real española, y que éste tardó más de treinta años en terminar el
encargo. Su nombre original era Júpiter y
Antíope y se la puede considerar como la obra profana de formato más grande
hecha por el pintor ya que sus dimensiones son de cuatro metros de largo por
uno de altura. Nada más recibirlo el monarca español fue puesto en el Palacio
del Pardo de Madrid donde inmediatamente cambio de nombre por el de La Venus del Pardo.
En 1604 este
palacio sufrió un gran incendio que destruyó gran parte de su estructura
original además de la mayoría de las obras de arte que había en su interior.
Tan querido era el cuadro de Tiziano que cuando el rey Felipe III se enteró del
desastre lo primero que preguntó fue lo siguiente:
¿Se ha quemado la Venus de Tiziano?
Cuando le
informaron de que era uno de los pocos cuadros que se habían salvado de las
llamas, aliviado afirmó:
Pues lo demás no importa.