Esta anécdota
demuestra que poco antes de que se produjera el alzamiento militar el 18 de
Julio de 1936 ya había elementos de Falange Nacional infiltrados en la
oficialidad del ejercito de Ceuta y Melilla. Parece ser que el general Romerales,
que era antiguo amigo del presidente Azaña fue nombrado gobernador militar de
Melilla, y que tras recibido con honor por los soldados y oficiales fue
invitado a una comida. Nada más entrar en el comedor, lo primero que escuchó
con alegría fue la famosa canción popular La
Cucaracha. Pero cuando iban a sentarse a la mesa algunos soldados algo
exaltados empezaron a gritar a coro:
¡CAFÉ, CAFÉ, CAFÉ!
El nuevo
gobernador se quedó algo extrañado y les contestó que qué locura era esa de
pedir el café del postre si todavía no habían llegado ni los primeros platos.
Pero de lo que no se daba cuenta el general era que en verdad aquella gente
estaba coreando otra cosa muy distinta, uno de los gritos secretos de los
rebeldes:
¡Camaradas, Arriba Falange Española!