El gran
polígrafo Jean Jacques Rousseau (1712-78) cuenta que una vez una princesa oyó
bajo el balcón de su palacio a la plebe gritando sin parar. Extrañada le
preguntó a su sirvienta: “¿Qué sucede? ¿Por qué se lamentan?” A lo que la aludida
respondió. “Porque tienen hambre y carecen de pan”. Acto seguido aquella
princesa se acercó a la ventana y entre risas dijo: “¿No tienen pan? ¡Pues que coman pasteles!” Lo curioso de esta
famosa frase es que la historia tradicionalmente se la ha atribuido a una
persona de mayor rango que el que tenía la princesa pastelera: la reina Maria
Antonieta. Y es que salvando el honor de esta regia mujer la frase no se la
podemos imputar a la mujer de Luis XVI ya que cuando Rousseau escribió sobre
ello en 1769, la futura reina de Francia todavía era archiduquesa de Austria.