domingo, 21 de abril de 2019

LA BATALLA DE MIDWAY - José Manuel Gutiérrez de la Cámara Señán



“Me temo que hemos despertado a un gigante dormido. Su respuesta será terrorífica”.
(Almirante Isoroku Yamamoto)

El 8 de Diciembre de 1941 el presidente de los Estados Unidos de América Franklin Delano Roosevelt, destrozado física y mentalmente por los hechos vividos el día anterior, o lo que es lo mismo el ataque sufrido en Pearl Harbor por parte de la Marina Imperial Japonesa, se dirigía al Congreso, a la vez que a toda la nación entera, afirmando que aquel ataque a traición sería recordado por la eternidad como una fecha que vivirá en la infamia. Palabras duras pero contundentes que resumían el sentir de todos los estadounidenses. El bombardeo de Pearl Harbor fue tomado como una vil bofetada provocando que tras la firma de la declaración de guerra miles de americanos se alistaran para devolver bomba a bomba lo sufrido. El primero en idear un plan de venganza con el que levantar el ánimo estadounidense fue el coronel James Doolittle el cual procedió a responder a los japoneses bombardeando su propio territorio. El 18 de Abril de 1942 un grupo de aviones, encabezando una misión suicida, despegaron del USS Hornet para asestar un golpe al corazón nipón. Pero aunque los resultados fueron ínfimos tuvo un gran impacto en la moral japonesa al darse cuenta que la guerra llamaba a sus propias puertas. A partir de aquí  ambos bandos sabían lo que había que hacer para sobrevivir: acabar con el enemigo fuera como fuera. Este pensamiento se llevó a cabo en el gran teatro de guerra que fue el Pacífico, y aunque pueda parecer que las enormes distancias harían imposible un bando ganador hubo una batalla que inclinó la balanza definitivamente hacia uno de ellos. El capitán de navío José Manuel Gutiérrez de la Cámara Señán nos habla de ello en el excelente ensayo La Batalla de Midway, editado por Nowtilus en su colección Historia Incógnita.

El autor nos traslada a las mansas aguas del Pacífico para narrarnos los antecedentes, desarrollo y consecuencias que tuvo la Batalla de Midway (1942). Dichos antecedentes hay que buscarlos, además del ya mencionado ataque a Pearl Harbor y su subsiguiente declaración de guerra previa al encuentro que centra nuestro ensayo, a la llamada Batalla del Mar del Coral ocurrido entre el 7 y 8 de Mayo de 1942. Los japoneses al principio de la guerra estaban algo indecisas sobre el rumbo que ésta debía de tomar: o bien conservar las posesiones ocupadas en territorio chino y en los archipiélagos del Pacífico o dar un golpe decisivo a los americanos. Pearl Harbor resolvió la ecuación de un plumazo pues ahora sabían que los americanos iban a echar toda la carne en el asador. Así pues las fuerzas japonesas quisieron poner en marcha la llamada Operación Mo, o lo que es lo mismo ocupar toda Nueva Guinea a la vez que aislar a Australia y Nueva Zelanda para que así las tropas americanas no pudieran recibir ningún avituallamiento para sus barcos y aviones. Pero esta operación fracasó ya que los japoneses perdieron en esta confrontación una serie de portaviones que les hubieran sido muy necesarios en la Batalla de Midway.

El almirante Yamamoto sabía que no podía mantener una guerra de desgaste contra Estados Unidos ya que la capacidad armamentística y logística de los americanos era brutal frente a la japonesa. Así que decidió que todo se tendría que resolver en una batalla crucial, definitiva. Sería un todo o nada y por eso puso sus ojos en el pequeño archipiélago de Midway, al noroeste de Hawái ya que, por un lado, quien controlara esas islas sería el verdadero dueño del Pacífico además de que permitiría hacer incursiones en la costa Oeste de los Estados Unidos. Pero lo que no sabían los japoneses era que los americanos ya habían decodificado los códigos secretos de la armada japonesa y sabían de antemano que se dirigían hacia allí por lo que el almirante Chester Nimitz decidió efectuar una sutil trampa con la que ganar la batalla definitiva. Mientras que los portaviones nipones en su totalidad se acercaban a Midway, Nimitz tenía los suyos algo apartados y a la vez que los aviones japoneses bombardeaban una isla medio vacía los portaviones americanos atacaban a sus contrarios que en esos momentos se encontraban sin protección aérea. Aun así el plan inicial de Nimitz no tuvo los éxitos esperados ya que los japoneses se defendieron bien sufriendo pocos daños.

Lo que en parte resulto decisivo para la victoria estadounidense fue la indecisión de rearme japonés ya que por un lado equipaban a sus aviones con torpedos para hundir los portaviones americanos pero por otro los desmontaban para rearmarlos con otro tipo de armas con los que hundir aviones y cruceros. Este quita y pon de armas y las informaciones contradictorias que iban y venían de los portaviones japoneses los condenó definitivamente. Los aviones americanos fueron más contundentes que los de sus enemigos y el hundimiento de más portaviones japoneses dio finalmente la victoria a los americanos. La victoria había otorgado el mando del Pacifico a los americanos y la derrota final japonesa solo era cuestión del tiempo, es decir el que tardaran los primeros en saltar de isla en isla hasta llegar al corazón del imperio nipón. Victoria que costaría sangre, sudor y lágrimas ya que el enemigo se defendería como gato panza arriba en memorables batallas como la de Guadalcanal (1942 – 1943).

Esto que he expuesto es un mero resumen de la gran cantidad de hechos emocionantes que narra José Manuel Gutiérrez de la Cámara Señán en su libro La Batalla de Midway. Al ritmo del motor de los aviones que nos sobrevuelan y del sabor a sal que impacta en nuestro portaviones particular, el autor nos desmenuza cómo fue esta batalla transcendental de la Segunda Mundial y cuáles fueron los actores implicados en cada bando. De forma magistral nos habla de los acorazados y portaviones que estuvieron presentes, las ordenes que llevaron a la victoria o la derrota y las estrategias y técnicas que dieron éxito a los americanos. Un libro muy interesante que nos revela como a veces la superioridad técnica no es garantía de buenos resultados y que una ingeniosa decisión supera cualquier adversidad que en principio pueda parecer haber. La Batalla de Midway es un libro verdaderamente esencial para comprender cómo fue una de las batallas más importantes y trascendentales de la Historia Contemporánea.