lunes, 26 de diciembre de 2022

LA PRIMERA Y DESASTROSA DONACIÓN DE SANGRE

 

En esencia una transfusión de sangre es una transferencia de sangre o componentes sanguíneos de un donante a  una persona receptora. Hasta el siglo XX no ha sido perfeccionada esta técnica y por ello a lo largo de los siglos se produjeron numerosas muertes. Un ejemplo de ello lo tenemos en la considerada como primera transfusión de sangre, la realizada al papa Inocencio VIII (1484 – 1492) también conocido en ambientes populares como El Papa vampiro. Según parece este papa sufría de hidropesía, una insuficiencia renal que al final de su vida le mantenía postrado en su lecho. Dio la casualidad que por aquel entonces apareciera por Roma un médico de origen judío quien debido a su supuesta sapiencia fue llevado hasta el Sumo Pontífice, que ya se encontraba en coma, para que diera con alguna solución para curarlo. Y no se le ocurrió otra cosa que sugerir que podía devolverle la salud introduciendo la sangre de jóvenes vigorosos en su torrente sanguíneo. Rápidamente buscaron a tres niños voluntarios de diez años para que cedieran su valiosa sangre y en recompensa por el sacrificio que iban a realizar en pro de la Iglesia dieron a sus familias un ducado oro.

 Así pues se llevaron a estos pobres infelices hasta la sala de operaciones y sin más dilación les hicieron una incisión en las carótidas, con lo cual, como si los hubieran sido degollados, murieron acto seguido. Después la sangre fue llevada en una copa ante el Papa y aquí la historia se desvía en dos direcciones: por un lado se cree que esta sangre fue introducida por las venas mientras que otras fuentes opinan que no fue así sino que vertieron el líquido por la boca. Incluso en este último punto se dice que el papa se despertó en ese preciso instante y dándose cuenta de lo que le estaba sucediendo mandó perseguir al médico y llevarlo a juicio. Éste, claro está, salió corriendo de las estancias pontificias y nunca más se le volvió a ver. Aun así ya sea de una forma u otra Inocencio VIII murió de una obstrucción circulatoria.

Como nota final es justo aclarar que en torno a esta muerte tan curiosa existen historiadores y expertos en materia vaticana que creen que nos podemos encontrar ante una leyenda negra contra la Iglesia Católica.

domingo, 25 de diciembre de 2022

EL ORIGEN DE LA FLOR DE PASCUA COMO SÍMBOLO DE LA NAVIDAD

 

La reina de las flores durante las celebraciones navideñas es sin duda la conocida como Flor de Pascua o “Poinsettia”. En un principio esta flor no es original del continente europeo sino de México y ya entonces los aztecas la utilizaban para elaborar medicinas y ofrendas religiosas. Cuando los misioneros franciscanos llegaron a México vieron esta fulgurante flor y decidieron decorar sus iglesias durante las fiestas navideñas. El salto al viejo mundo se produjo cuando el estadounidense Joel Roberts Poinsett fue enviado como embajador por el presidente John Quincy Adams (1825 – 1829) a México. Durante sus viajes, al igual que habían hecho los franciscanos españoles, redescubrió esta flor y, como médico que era además de apasionado de la botánica, decidió llevarse unos esquejes para cultivarlos en Estados Unidos y regalarselos a sus amistades, como por ejemplo a la ex Primera Dama Louisa Adams. A esta le gustó tanto esta flor que decoró con ella la Casa Blanca. Finalmente recordar, como curiosidad, que el 12 de Diciembre se celebra en Estados Unidos el Día Nacional de la Poinsettia en honor a Joel Roberts Poinsett, descubridor estadounidense  de esta flor.

jueves, 22 de diciembre de 2022

LÍNEA DE FUEGO - Arturo Pérez-Reverte

 


    

 Aunque me tiren el puente y también la pasarela me verás pasar el Ebro en un barquito de vela. (Extracto de la canción popular “Si me quieres escribir”)

Aunque durante la Guerra Civil Española hubo un gran surtido de batallas en las que lucharon hermanos contra hermanos, y fue también campo de prueba de armas de otras potencias internaciones  implicadas con vistas a la gran traca final que fue la Segunda Guerra Mundial, sin lugar a dudas La Batalla del Ebro, ocurrida entre 25 de Julio y el 16 de Noviembre de 1938 y desarrollada entre la llamada Terra Alta (Tarragona) y Mequinenza , fue la gran batalla de esta guerra fratricida ya que fue en ella en la que los dos ejércitos, los de la República y el Nacional, pusieron toda la carne en el asador convirtiéndola en la lucha definitiva que ya llevaba dos años desangrando a España. Los más de veinte mil muertos que se quedaron en aquellos campos resecos así lo atestiguan. El destino de la victoria era distinto, pues si ganaban los nacionales (como así pasó) el final ya estaba asegurado, mientras que si ganaban los partidarios al gobierno legítimamente votado en el 36, la guerra tomaría otros derroteros más favorables y se podría prolongar por lo menos hasta que otros países tomaran cartas en el asunto. Así pues el entrechocar de carneros estaba servido y por eso ambos bandos supieron desde el primer momento que aquellos días serían el todo y la nada al poner a sus mejores soldados en acción.

Este es el campo de acción en el que el escritor Arturo Pérez-Reverte desarrolla su última novela: Línea de fuego (Alfaguara, 2020). El prolífico escriba cartaginés centra su relato en el comienzo de la Batalla del Ebro y lo extiende a lo largo de una semana en una zona o pueblo imaginario llamado Castellets del Segre y es en esos días, desde la óptica de ambos bandos, en la que vemos el arrojo con el que se batieron nacionales y republicanos, unos para o bien conquistar de nuevo palmo a palmo lo que les había arrebatado el enemigo o bien otros para avanzar en pos de la victoria final. Aunque la mayoría de soldados y unidades que Reverte introduce en el campo de batalla son ficticios, como por ejemplo la XI Brigada Mixta del ejército de la República, esencialmente sirven al autor para mostrarnos el día a día de aquellos hombres que supieron sufrir en un frente que se había convertido en un infierno de fuego, plomo, calor y muerte.

Línea de fuego, como ya he apuntado antes, está escrita para que veamos las horas y penalidades que sufrieron intercalándose capítulos y situaciones de republicanos y nacionales. En ellos podemos observar las vicisitudes de un grupo de mujeres de enlace entre las distintas unidades republicanas, carlistas con sus detente bala, cansados brigadistas internacionales, bragados soldados de tercios y  legionarios, fuertes y decididos comunistas, gente que según vienen los vientos de la victoria se quieren pasar de un lado al otro, algún que otro soldado perdido con mala suerte y que se ve obligado a luchar todo el rato como si estuviera condenado a ello, corresponsales extranjeros que no dudan en meterse en el interior de aquel fregado… y así un gran número de personajes y hechos que nos dan todos los puntos de vista de la mayor batalla vivida en aquella guerra y donde tantos jóvenes perdieron la vida. Son cientos de historias, las mismas que podríamos escuchar a cualquier abuelo o familiar nuestro de avanzada edad que hubiera vivido aquellos días en la Batalla del Ebro.

Pero aunque el lugar y las unidades de combate que ha utilizado Pérez-Reverte son imaginarias, no por ello quiere decir que todo sea fábula y humo sino que  las ha utilizado para mostrarnos como fueron en realidad los primeros días de aquella contienda gracias a la gran documentación que ha utilizado (y que existe sobre la Batalla del Ebro) y escribir al detalle cómo eran por ejemplo los uniformes de nacionales y republicanos, el armamento, las técnicas de combate, las ideologías y bagajes internos que portaba cada soldado, sus motivaciones políticas o de supervivencia, las ordenes y contraordenes, el minuto a minuto en una trinchera, defendiendo una posición, una casa tomada y retomada cada poco tiempo y acribillada por el enemigo… todo casi al milímetro produciendo en el lector desde sensaciones de vértigo y acción hasta sensaciones casi olfativas en las que casi se pueden oler el tufo a aceite de las armas y correajes, a humanidad de los hombres que luchan sin cesar, sin dormir, agotados y destrozados por el combate diario, o por el humo de las casas o la descomposición de los muertos. Actos de valentía, actos de cobardía, miradas desesperadas, ojos hinchados de sueño y labios resecos por la sed, sangre derramada por doquier y adrenalina disparada hasta el límite, una visión realista de lo que es una batalla en estado puro y en la que se decide el destino de un país. Así pues les dejo con una novela ecuánime, directa, violenta, brusca pero muy bien escrita y documentada que nos retrotrae a unos años en que los españoles nos matábamos por unas ideas ya fueran acertadas o desacertadas dependiendo del punto de vista. Una novela que nos lleva hasta el mismo meollo del fuego y en la que como nos dice uno de sus personajes, ejemplificando lo desastrosas que son las luchas fratricidas: Es lo malo de estas guerras. Que oyes al enemigo llamar a su madre en el mismo idioma que tú.

También podéis leer mi reseña en la página de Hislibris: 

https://www.hislibris.com/linea-de-fuego-arturo-perez-reverte/

domingo, 18 de diciembre de 2022

DE LUJO A LUJURIA HAY SOLO UN PASO

 

Muchas veces el origen del significado de una palabra le viene dado de manera indirecta, de rebote, debido a connotaciones históricas sobrevenidas a lo largo de los tiempos. Tomemos por ejemplo la palabra “lujuria”. Ésta proviene de luxus (lujo) que en la antigua Roma nos hablaba de los excesos desmedidos y el derroche material que hacían sobre todo los ricos en su día a día y sobre todo en los grandes banquetes. De ahí nació por tanto el termino luxuria, palabra que nada tiene que ver con el uso excesivo del placer sexual. Entonces ¿cómo se pudo desvirtuar el significado original al que utilizamos hoy en día? Pues bien, tiene su explicación: a la llegada del cristianismo y la persecución de todo lo pagano se siguió utilizando el término luxuria (lujuria) para hablar de los excesos que hacían aquellos patricios, por ejemplo, en las orgias pero a la vez igualando dicho comportamiento con el gran tema tabú del cristianismo, es decir el sexo. Por tanto con el paso del tiempo dicha lujuria se llegó a igualar con los vicios sexuales que cometían los ricos en sus fiestas y noches de parranda. Así pues esta palabra cambió de acepción y se igualó a todo desenfreno carnal que se hiciera sin medida alguna.

jueves, 8 de diciembre de 2022

MÁS ALLÁ DE LA COJERA DE HEFESTO

 

Cuenta la mitología griega que Hefesto, dios de los herreros, forjadores y demás oficios fabriles, era hijo de Zeus y Hera  y que éstos cuando vieron que su vástago era algo feo no se les ocurrió otra cosa que  agarrarlo de una pierna y despeñarlo desde el monte Olimpo quedando cojo para siempre, lo cual no le impidió ser el dios más habilidoso de todos además de poder casarse con Afrodita, diosa del amor. Es, como se puede ver, una narración de lo más interesante, pero llama la atención que tras esta cojera se oculte un hecho histórico bastante real y curioso. Parece ser que en la antigüedad el bronce, en un principio, no se combinaba con estaño sino con arsénico dando como resultado unas aleaciones bastante tóxicas. De hecho muchos forjadores, con el tiempo, sufrían atrofias musculares y quedaban tullidos debido al envenenamiento por estar tan cerca del arsénico. De igual manera se cree que a muchos de los forjadores y herreros en la antigüedad se les tullía adrede con la intención de que no se marcharan de sus aldeas o ciudades y divulgasen sus conocimientos en otros lugares. Así pues cuando veamos la pierna algo retorcida de Hefesto, o de sus colegas en otras mitologías como el Vulcano romano o Weland el Forjador en las leyendas germánicas o escandinavas, podremos comprender las intenciones del escultor o pintor y saber el por qué fueron representados así.