sábado, 23 de noviembre de 2019

BALZAC Y LA JOVEN COSTURERA CHINA - Dai Sijie


No éramos los primeros ni seriamos los últimos cobayas utilizados en este gran experimento humano.

En 1966 el líder comunista chino Mao Zedong (1893 – 1976), también conocido como el Gran Timonel, comenzó a poner en práctica una de las ideas más surrealistas que se han expuesto a lo largo de la Historia. Se trataba de la Revolución Cultural Proletaria China en la que cientos de miles de intelectuales, jóvenes con estudios, o personas con algún tufo reaccionario  fueron enviadas al campo con la idea de que se reeducaran y volvieran a las costumbres básicas chinas y abandonasen de esta manera el confort burgués en el que estaban instalados. Curiosamente años después otro país asiático, Camboya, también adaptó una solución parecida con el resultado de miles y miles de muertos. Mao quería alejar a la sociedad china de las influencias capitalistas y con esa excusa deportar fuera de las ciudades a posibles opositores a la vez que fomentar su propio culto.  Y fue precisamente en esos años sin sentido en donde Dai Sije, el autor de la novela que ahora les presento, cuando fue arrastrado por esa revolución y llevado sin ningún tipo de apelación a una de aquellas granjas especiales con la única misión de reeducarse en los valores del Partido Comunista Chino.

Balzac y la joven costurera china es una pequeña novela autobiográfica que narra los años en que el autor estuvo en el campo haciendo distintos tipos de trabajos hasta que le dieran la orden de volver a la vida normal tras comprobar que efectivamente se había alejado de las perniciosas ideas que venían de Occidente. En 1971 Dai Sije, hijo de médicos encarcelados durante la Revolución Cultural, y su amigo Luo, también hijo de un famoso dentista, el cual había tenido la osadía de decir que había arreglado los dientes a Mao, fueron enviados a un pueblo cercano al Tíbet situado en lo alto de una montaña muy elevada conocida como el Fénix del Cielo. Según nos cuenta el autor para llegar allí se tenía que andar por caminos empinados muy estrechos, entre rocas, e incluso atravesar las nubes que pasaban por aquellas latitudes. No había carreteras que los llevara allí por lo que el camino se debía hacer a pie, cargados con sus pertenencias hasta alguna de las aldeas que les iba a acoger.

Pero ahí no se acabaron sus penalidades pues cuando llegaron a la aldea que les había tocado en el proceso, ambos protagonistas observaron que era un lugar en el que sus habitantes estaban totalmente embrutecidos, no habiendo salido casi nunca de aquellas cumbres, y en el que muchas de las cosas de la vida diaria del siglo XX les eran desconocidas, como por ejemplo un despertador o un simple violín que porta el autor de la novela. Y es por eso que nada más llegar Dai y Luo se convierten en una auténtica curiosidad, como si vinieran de otro planeta. Desde ese momento empieza su infierno pues el jefe de la aldea, que es un verdadero fanático del presidente Mao (además de un ignorante, ya que cree que Mozart es un íntimo amigo de su añorado presidente), les hace trabajar de manera implacable en los quehaceres más duros de la aldea como sembrar arroz de sol a sol, cuidar bueyes, llevar cubos con excrementos sobre sus cabezas, o sacar carbón de unas pequeñas minas excavadas en el suelo, entre otras cosas.

Pero entre todas aquellas miserias, va a haber dos cosas que van a transformar su día a día. Por un lado conocerán  a una joven costurera, hija del sastre de la localidad, por la que se enamoraran perdidamente (sobre todo su amigo Luo), y por otro descubrirán una maleta llena de libros prohibidos hasta los topes. Esencialmente son libros prohibidos por varias razones: una de ellas porque son novelas occidentales; y en segundo lugar porque la mayoría son de autores burgueses, como por ejemplo Balzac, Dumas, Flaubert, Stendhal, Tolstoi, Dickens, Gogol, Dostoievski, Baudelaire, Kipling, Romain Roland, entre otros. Aquella maleta, y aquel amor de juventud harán que el mundo de semi esclavitud en el que viven se convierta en un universo de pasión por la lectura, la poesía, y el amor sin límites. Los libros, al igual que Fahrenheit 451, se convierten en un secreto, en un tesoro a esconder con el que escaparse, aunque sea con la mente, a otros lugares ajenos a aquel mundo de tribunales populares, comunas, y miedo soterrado, además de ser también un arma con el que conseguir el amor de la pequeña sastrecilla.

En verdad les recomiendo esta novela, Balzac y la joven costurera china, pues no solo conocerán de primera mano cómo fue aquella Revolución Cultural y los suplicios a los que tuvieron que enfrentarse cientos de miles de jóvenes intelectuales de entonces, sino que además podrán gozar de un libro que es un auténtico canto a la libertad, al amor a los libros y a los sentimientos más íntimos de un hombre. Aquella maleta y aquellos libros afectaran no solo el modo de vida de Dai y Luo, o de los habitantes de las aldeas radicadas en torno al Fénix del Cielo, sino que también ampliará los horizontes de la hija del sastre que descubrirá que más allá de aquellas nieblas, lluvias, y campos de arroz interminables se abre un mundo que visitar. Es, desde luego, una de esas pequeñas novelas que con el paso del tiempo se convierte en inolvidables.

jueves, 14 de noviembre de 2019

LA MÚSICA EN 100 PREGUNTAS - Jorge Escavias


“Vivo por ella que me da
Noches de amor y libertad
Si hubiese otra vida
La vivo por ella también: Ella se llama música…”
(Vivo por Ella, Andrea Bocelli)

Lo queramos o no están ahí. Nada más levantarnos (y despejarnos) oímos sonidos. Éstos los captan de inmediato nuestros oídos. Y sí además esos sonidos se juntan de forma peculiar, armoniosa, en un orden concreto, el resultado que se obtiene es música. Está en cualquier lugar. Pero ¿alguna vez nos hemos parado a analizar que es la música y cómo se produce, cuál es su lenguaje y su mensaje? Pues bien, para saber todo lo relacionado con este mundo de la musicología y sus instrumentos tenemos en nuestras manos un libro, escrito por Jorge Escavias titulado La Música y que recientemente ha sido publicado por la editorial Nowtilus en su colección 100 preguntas.

Para empezar esta humilde reseña hay que precisar al lector que por primera vez toma este libro que no éste no es un manual de historia de la música en el que se detalle de manera cronológica los estilos y autores a través de la historia. Para ello ya tenemos otro excelente libro titulado Breve historia de la Música escrito por Javier María López Rodríguez en esta misma editorial. Podríamos decir que éste que les muestro es un buen complemento para ello. ¿Qué nos vamos, por tanto, a encontrar en este ejemplar? Pues esencialmente, a través de 100 peguntas y respuestas saber que ese una melodía, una armonía, los distintos tipos de instrumentos que existen, el lenguaje musical, como suena tal o cual sonido, curiosidades de éste o aquel instrumento o por ejemplo como suenan las músicas en distintas partes del mundo. Esto solo por poner una breve pincelada de lo que van a encontrar entre sus páginas.

La música no es algo que solo salga de la radio, de un aparto grande de música o de una orquesta. Es algo perteneciente a la humanidad y que siempre ha estado ahí a lo largo de la historia. Podremos comprobar como influyó en determinados periodos históricos, tanto en el pasado como en el presente. Qué elementos la componen y como está estructurada, los géneros y peculiaridades de ellos mismos y como son distintos los tipos de música de occidente u oriente. También, a través de las preguntas y respuestas sabremos cómo son las notas musicales, de donde provienen; para qué sirve un pentagrama o un metrónomo y como estos puede ayudar tanto a la composición de piezas como a toda una orquesta que tiene que ir al compás. Y lo que más me ha gustado, a mi parecer, de este libro, son las cientos de curiosidades y peculiaridades con las que se adorna los textos para hacernos más llevadera esta interesante clase de música.

La música en 100 preguntas, de Jorge Escavias es el típico libro didáctico que nos hace razonar y darnos cuestan de que hay motivos que creíamos que dábamos por sentado acerca de la música y que eran equívocos. Este buen trabajo nos ayuda a comprobarlos y darnos cuenta de lo grande que es el mundo del lenguaje musical, su naturaleza y los instrumentos que dan forma y color a las notas musicales que se introducen en nuestro cerebro. Un libro riguroso y erudito a la vez que nos hará amar más la música sea cual fuera el género que más nos guste. En verdad se lo recomiendo.

viernes, 1 de noviembre de 2019

BREVE HISTORIA DE LA ANTIGUA GRECIA - Rebeca Arranz Santos



¡Ah, estos griegos! Ellos sabían cómo vivir. Para eso hace falta quedarse valientemente de pie ante la superficie, el pliegue, la piel, venerar la apariencia. Los griegos eran superficiales pero con mucha profundidad. (Friedrich Nietzsche)

Hace algunos años Grecia fue una de las grandes sufridoras de la crisis económica que azotó el planeta en el que vivimos. A pesar de que nuevos políticos de corte tradicionalista o populista quisieron levantar al país, poco pudieron hacer frente a las grandes deudas que tenían contraídas con medio mundo. Parecía que aquel rincón pequeño y rocoso iba a desaparecer en la desmemoria general. Fue entonces cuando las televisiones, periódicos y radios comenzaron a emitir imágenes, sonidos y fotografías del país heleno y volvieron a recordarnos que allí fue donde había nacido la democracia occidental y que debemos a los griegos y sus hazañas ser lo que somos. Grecia y su herencia ya no solo era algo de lo que se ocupaban los historiadores o sociopolíticos, sino que era un pedacito de todos nosotros. Queramos o no somos hijos de la memoria de Homero, de los pensamientos de Sócrates o Platón, tenemos la fuerza de los gimnastas olímpicos e incluso somos descendiente de aquellos marinos que llevaron la civilización griega por aquel mar interior ubérrimo de sueños y anhelos sin fin. Así pues les invito a que vuelvan a recordar su enorme legado a través del excelente ensayo escrito por Rebeca Arranz Santos titulado Breve Historia de la Antigua Grecia, que, ahora,  gracias a la editorial Nowtilus podemos leerla a todo color para que sus imágenes sean más vividas a nuestros arcanos sentidos.

El libro que tenemos entre manos es todo un compendio histórico, artístico, arqueológico y literario acerca de la historia de Grecia, y aunque pueda parecer trillado que este divido en épocas históricas la escritora nos las muestra bien ensambladas en un todo bastante atractivo al lector. Principia, obviamente, por la antigüedad más arcana, como por ejemplo la época de Bronce, alrededor del III Milenio antes de Cristo, abordando cómo fueron los primeros asentamientos en la península griega, para después pasar a la llamada edad Micénica llamada así  en honor de Micenas (XVI – XII a. C), tiempo glorioso en el que Homero, tal vez sea cierto o no, botó mil naves en pos de la belleza de Helena que estaba retenida en la lejana Troya (VIII). Pero por aquel tiempo no todo fueron lanzas y gestas épicas sino que la cultura fue introduciéndose poco a poco en dichos lares. Un ejemplo de ello es la aceptación un siglo antes, en el IX, del alfabeto fenicio que muy pronto fue adoptado en todos los rincones de la Hélade.

Entre el 776 y el 490, Grecia se adentró en la época arcaica en la que sus aguerridos navegantes y exploradores decidieron ir más allá de las cañadas rocosas y llenas de cabras que había en sus tierras. Fueron colonizando la zona de Asia Menor, la Península Itálica, Sicilia y algunos puntos de la Ibérica en donde pronto dieron cuenta de sus grandes dotes para el comercio. También fue en este tiempo cuando comenzaron a alzarse las Polis, o ciudades-estado, al estilo de aquellas otras renacentistas, que aunque eran independientes unas de otras muy pronto supieron ser parte de un todo en el que el koiné sirvió de medio de comunicación estándar entre las distintas ciudades. In illo tempore fueron Esparta, en el Peloponeso, y Atenas las urbes que llevaron las riendas de la política del momento. Y fue gracias a la unión de ambas, junto con algunas coaliciones puntuales, la que capeo el temporal de las Guerras Medicas al comienzo de la época clásica (490 – 323) en las que en épicas batallas como las de las Termópilas, Salamina o Platea pudieron frenar y vencer al todopoderoso imperio aquemenida que amenazaba con devorar la llama de libertad que iluminaba los comienzos de la historia europea. La gran beneficiada de aquellas guerras fue Atenas quien en poco tiempo supo crear una gran flota que la llevó a expansionarse por el Mediterráneo y el Egeo  creando una especie de mini imperio que condujo a muchas ciudades a pedir auxilio a la otra superpotencia del momento, Esparta. De ahí surgió la Guerra del Peloponeso (431 – 404) en la que los hijos de Licurgo, los lacedemonios, derrotaron definitivamente a Atenas. Éstos sabían arrasar en el campo de batalla, pero no conservar de buena fe lo ganado por lo que pronto tiraron por tierra lo que podía haber sido su hegemonía.

Los desastres de la guerra, lo que el viento se llevo, fue aprovechado por una nueva potencia guerrera venida del norte de Grecia, Macedonia, y aunque eran considerados como bárbaros por los atenienses, muy pronto el gran Filipo los puso de rodilla provocando de hecho la unión de casi toda Grecia. Pero fue su hijo, Alejandro Magno quien no solo sometió los últimos focos de resistencia, como por ejemplo la tebana, sino que fue el que supo anexionar  a Grecia el Imperio Persa y parte de la Asia Menor, Egipto e India. Para él no había horizontes al que su lanza y genio militar no supieran llegar. Aunque al sobrevenir su muerte, su propio imperio demostró ser efímero, ya que sus generales, los diadocos, fueron los que se repartieron sus tierras como chacales al conquistar una presa. Es la época Helenística (323 – 331) en la que el centro de gravedad de Grecia ya no se encontraba en Atenas o Esparta sino en ciudades como Alejandría, Pérgamo o Antioquía. El mundo ya no sería el igual, y en el siglo II Roma acabó de dar la puntilla al sueño griego asimilándolo a un nuevo imperio, más poderoso, que empezaba a nacer: el romano. Pero ¿quién conquistó a quien? Pues estos últimos muy pronto se dieron cuenta de las grandes ventajas militares y culturales que los vencidos podrían aportarles por lo que se dejaron influir totalmente por el modus vivendi de los hijos de Homero y Herodoto. Roma fue, por decirlo de alguna manera, quien recogió la antorcha de la democracia en Occidente.

Todo esto que les he escrito, y mucho más es lo que vamos a encontrar en este trabajo de Rebeca Arranz Santos, Breve Historia de la Antigua Grecia. Junto con los temas meramente políticos y militares, también la autora nos sugestiona, siempre a través de una rigurosa biografía, con las cuota más alta que los griegos alcanzaron en poesía, filosofía, arquitectura, escultura y formas de vida. Personajes como Pitágoras, Pericles, Tucídides, Homero, Sócrates, Tales, Herodoto, Parménides, Leónidas… y tantos otros de inolvidable nombre desfilaran delante de nosotros para que en un breve vistazo comprendamos cuánto le debemos a Grecia y por qué es tan importante conocer su gloriosa historia. En verdad, se lo recomiendo.