El origen de nuestro actual NIF, hay que buscarlo en la fundación de la Policía Nacional en 1824. Aquel año el rey Fernando VII encomendó a esta nueva fuerza del orden la creación de un padrón vecindario en el que constasen el nombre de la persona, sus ascendientes familiares, sexo, estado civil y profesión. Estas cédulas personales o cartas de seguridad no llevaban foto por lo que eran muy falsas y podían cambiarse entre distintas personas.
Después de la Guerra Civil los caminos de España se llenaron de gentes sin rumbo fijo ni identificación, y es por ello por lo que el 2 de Marzo de 1944 el gobierno franquista crea un nuevo documento de identificación nacional (DNI). En un principio este documento causó bastantes suspicacias pues muchas personas veían en él un intento de control y ciertas motivaciones políticas, por lo que coloquialmente se le conociera como “la papela”. Además el DNI nació con polémica ya que estos comenzaron a asignarse según el estatus económico del solicitante. Los de primera categoría fueron para los potentados y caciques. Los de segunda y tercera categoría para la clase media. Y los de cuarta clase fueron asignados a los denominados “pobres de solemnidad”, los cuales estaban libres de pagar las tasas al adquirir el DNI.
Franco se quedó con el número 1, aunque no lo pudo utilizar hasta 1951, mientras que su mujer Carmen Polo y su hija fueron el 2 y el 3. Los comprendidos entre el 4 y el 9 quedaron vacantes a la espera de los hijos y familiares que fueran llegando a la familia Franco. A la Casa Real les fueron dados los números del 10 al 99, siendo el rey el 10, la reina el 11, las infantas el 12 y 14, y el príncipe el numero 15. El 13 fue eliminado de la lista del DNI por superstición.
Las primeras ciudades que gozaron del DNI fueron Zaragoza y Valencia. El orden para otorgarlo fue el siguiente: primero los reclusos y personas en libertad vigilada para poder localizarlas en cualquier momento; después los varones de cada familia, y finalmente las mujeres. Hasta 1962 también se daban DNI a los extranjeros residentes, pero a partir de esta fecha solo se otorgaron a las personas con nacionalidad española