La fundadora de la primera guardería en España fue la reina María Victoria dal Pozzo della Cisterna (1847-1876), esposa de Amadeo de Saboya, con quien compartió el trono entre 1870 y 1873 tras el derrocamiento de Isabel II. Podemos decir que María Victoria fue la reina más culta que ha tenido este país pues desde muy pequeña se interesó por aprender aritmética, filosofía, arte, historia, además de seis idiomas. Desde que era pequeña destacó por sus ideas adelantadas y por no someterse a los cánones que tradicionalmente se les imponía a las mujeres de la época. A pesar de ser muy creyente siempre gustaba de rodearse de intelectuales y personas sabias fueran estas laicas o católicas.
Pero la gota que colmó la paciencia de la corte española es que María Victoria, a diferencia de la anterior reina, nunca hacía alarde de riquezas, al revés, pues gustaba de repartirlas entre los pobres. Una de sus costumbres era dar largos paseos por los alrededores de Palacio así que un buen día al andar por la ribera del Manzanares se quedó pasmada al contemplar la pobreza y miseria en que vivían las lavanderas de aquella zona. Durante un tiempo quedó horrorizada por esta visión, por lo que rápidamente quiso hacer algo para mitigar aquel sufrimiento: mandó construir una guardería para que los niños pequeños de las lavanderas fueran cuidados allí mientras sus madres trabajaban en el río. Tan agradecidas quedaron éstas buenas mujeres por aquel gesto de la reina que entre todas le costearon una humilde corona y se la regalaron. Actualmente esta corona se encuentra en su tumba de Turín.
En verdad, aquellas lavanderas fueron las únicas que la quisieron.