Una de las fuerzas de combate más importantes durante la Guerra Civil Española fueron las Brigadas Internacionales. Más de 40.000 voluntarios de izquierda, de alrededor de 53 países no dudaron en dejar su patria para luchar contra el fascismo y ayudar a la República contra los soldados rebeldes. Eran de muchos lugares del mundo, sobre todo europeos, pero lo que más llama la atención es que más de un centenar de ellos venían de la otra punta de la Tierra, de la mística y lejana China. En su mayoría eran profesores, médicos, trabajadores humildes, que por sus ideas sindicalistas habían tenido que emigrar a Europa y Estados Unidos para no sufrir la represión del gobierno conservador del Kuomingtan.
Aunque sabían las desgracias que había en su país (luchas internas, invasión japonesa, crueldad y destrucción...) estos bravos soldados chinos, que o bien lucharon encuadrados en las Brigadas Internacionales o en el renovado Ejército Republicano, siempre asociaron la Guerra Civil Española como una lucha más contra el imperialismo japonés. Tan orgullosos estaban en China de sus soldados que se sabe de la existencia de un cartel en la ciudad de Yanan, cuartel general de Mao en 1937, que decía, con evidentes y disculpables faltas de ortografía lo siguiente:
Salutamos les puebles bravissimos de la España.
En las trincheras se hicieron famosos no solo por sus rasgos físicos y costumbres extrañas a ojos de sus compadres de lucha, sino también por lo disciplinados que eran y por las ansias que demostraban en el combate. Tal era su fama entre los brigadistas que algunos de ellos (Liu Jing Tien y Chan Rei Su) salieron incluso en portada de la famosa revista Estampa, de 1937.