Pues porque
desde que era muy pequeña demostró a todo el mundo que era una mujer adelantada
a su tiempo, y que gracias a su afán por el estudio había conseguido ser una
experta en la gramática latina, sobre todo en el campo de la enseñanza,
llegando incluso a decirse que había dado clases de latín en la misma
Universidad de Salamanca. Es por ello, y debido a la fama que la procedía, que
la reina Isabel I, más conocida como La Católica, la llamara a palacio para que
demostrara sus conocimientos. Tan impresionada quedó que no dudó en tomar
clases con ella, a la vez que los infantes y grandes personalidades de su
entorno, como por ejemplo a la mejor amiga de la reina la camarera Beatriz de
Bobadilla. Fue entonces cuando se la empezó a conocer como La Latina debido a los latines que enseñaba a la reina y a los
nobles de la corte.