viernes, 7 de julio de 2017

EL HARÉN DE MARÍA CRISTINA



En cierta ocasión el embajador de Marruecos decidió hacer una visita a España con la intención de unir lazos entre los dos países y de paso conocer las costumbres del país. En una de sus paradas fue agasajado por la Corte  que en esos momentos estaba presidida por la regente María Cristina de Habsburgo y Lorena, esposa del difunto Alfonso XII. Le enseñaron el Palacio Real, las calles más castizas de Madrid y le presentaron a diferentes personalidades que frecuentaban el entorno de la reina, entre ellas las damas de la corte. Pero lo que no sabía el embajador alauita es que a la viuda le gustaba rodearse de mujeres que fueran poco agraciadas físicamente ya que conociendo la forma de ser de su esposo siempre tuvo miedo de que se liara con alguna de ellas. Es por ello que cuando el embajador vio aquellas damas avejentadas y decrepitas se llevó una mala impresión del entorno de la reina por lo que cuando regresó a su país escribió en el parte de su viaje: “El Palacio de Madrid es magnífico, muy grande. La reina es muy distinguida y agraciada, pero el harén es flojito, flojito…”