viernes, 2 de abril de 2021

ZAMORA NO SE GANÓ EN UNA HORA

 

Solemos utilizar la expresión Zamora no se ganó en una hora para hacer comprender a una persona que la realización de una empresa no se puede conseguir en un momento sino que debe tener paciencia pues ésta requiere una labor más prolongada y laboriosa. Este dicho proviene de  la Edad Media, precisamente de las discrepancias que sostuvieron los hijos de Fernando I (1016 – 1065) al conocer la herencia de su augusto padre. Cuando este murió dividió el reino entre sus hijos: a Sancho le cedió el reino de Castilla; a Alfonso el de León; a García el de Galicia; y a sus hijas Urraca y Elvira las regias ciudades de Zamora y Toro. El rey creía así haber contentado a sus hijos pero fue al contrario pues todos quedaron desilusionados con el lote que les había tocado (es lo que suele suceder con las herencias) Y el más enfadado de todos ellos fue el ya rey Sancho II de Castilla el cual empezó a batallar contra sus propios hermanos con la intención de recuperar los territorios que pensaba le pertenecían por ley.

En 1072, envalentonado por sus anteriores victorias, decide tomar la ciudad de Zamora y la somete a asedio, pero lo que prometía ser un sitio rápido se convirtió en una auténtica resistencia numantina por parte de Urraca. En total no fueron una hora sino siete meses los que duró el asedio y tan arduo fue que incluso Sancho II perdió  la vida asesinado a manos del mítico Vellido Dolfos, tan nombrado en los cantares medievales, al pie de las propias murallas de Zamora. Hay que señalar que allí todavía se recuerda este hecho ya que el lugar donde se produjo el regicidio está grabado en una cruz de piedra. Como se verá el sitio de Zamora costó más de una gota de sudor, lágrimas, además de un rey.